La subida del petróleo supone un gran impacto para la economía española
La menor eficiencia energética deteriora la economía a la vez que engorda la factura española del petróleo. El crudo caro tiene unos efectos directos, que hacen que resulte notablemente más costoso llenar el tanque en los camiones que transportan mercancías, abastecer de queroseno los aviones y alimentar con carburantes los depósitos de los coches particulares y autobuses, así como la maquinaria agrícola. Hay otras repercusiones igualmente directas. Derivados del petróleo constituyen materia prima de muchas industrias químicas y transformadoras, fabricantes de productos que van desde los plásticos que utilizan las envasadoras, jugueteras e industrias del menaje a la composición de los asfaltos o los insecticidas y detergentes. Pero, sobre todo, los efectos del crudo caro se propagan por todo el tejido productivo a través de los costes de la energía. Aunque cada vez se utilizan menos derivados del petróleo en la generación eléctrica, el precio del gas natural, en pleno auge, también se determina a partir de la cotización de este hidrocarburo. Las empresas trasladan a sus precios finales el encarecimiento de su actividad por el mayor gasto energético. Bienes y servicios más caros elevan la inflación, además de retraer el consumo. Y el recurso de que dispone la autoridad monetaria, en nuestro caso el Banco Central Europeo, para frenar la inflación es la subida del precio oficial del dinero.