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El Gobierno debe fomentar las energías renovables para evitar el desabastecimiento energético

España pagará 4.000 millones de euros si no cumple el Plan de Kioto

Nuestro país tiene la oportunidad de desarrollar las tecnologías solar y fotovoltaica

Publicado por
Pablo Allendesalazar - madrid
León

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La aplicación definitiva del Protocolo de Kioto a partir del 2008 supondrá sanciones comunitarias a España de entre 1.500 y 4.000 millones de euros, si no se reforma en profundidad el sistema energético. El acuerdo sobre gases contaminantes permite a nuestro país aumentar sus emisiones en un 15% entre 1990 y 2010, pero en la actualidad el incremento se eleva ya a más del 40%. Además, «no parece que vayamos a cambiar el signo, pues todo apunta a que alcanzaremos el 50% en el 2010», según un informe de la Fundación Alternativas, vinculada al PSOE. Para evitarlo, el estudio apuesta porque el Gobierno fomente la utilización de energías renovables, algo que hasta hoy se ha limitado a apoyar con «una mera estrategia de promoción sin que llegue a concretarse en resultados». Este tipo de energías se enfocan desde la perspectiva del cambio climático, pero el texto sostiene que también son una alternativa al agotamiento de las reservas de hidrocarburos prevista para el presente siglo. El 80% del abastecimiento energético español procede de los combustibles fósiles: petróleo, gas natural y carbón. La Unión Europea ha mostrado su preocupación por la dependencia energética de sus miembros, que alcanza una media del 50%, pero que en España se dispara hasta el 75%, puesto que «copiamos los modelos de liberalización de países con autosuficiencia energética, como el Reino Unido», según la Fundación Alternativas. Compromisos europeos En el año 2001, las renovables representaron un 6,5% de la energía primaria demandada. España ha asumido el compromiso europeo de que el 12% de la energía que se consuma provenga de fuentes renovables en el 2010. Sin embargo, el estudio considera necesario que la participación de estas energías ascienda al 40% en el 2040, puesto que entonces la crisis de los hidrocarburos ya habrá provocado una «realidad dramática». Este planteamiento choca con la «escasa confianza» de muchos técnicos y gestores energéticos, que sólo admiten «objetivos moderados». La causa de su escepticismo hacia las renovables radica en que cuentan con una gran disponibilidad de hidrocarburos, así como con la posibilidad de usar carbón y nuclear como alternativas, apuntan los autores del informe. Reconocen, no obstante, que las renovables «presentan problemas técnicos». Las instalaciones de energías renovables se utilizan sólo cuando el viento o el sol están presentes y disponibles, por lo que para atender a un determinado servicio hay que contar con mayor potencia instalada que cuando se acude a sistemas convencionales de generación. Por ello, la penetración de este tipo de energía precisa de un «fuerte desembolso económico» en investigación y desarrollo tecnológico. España se deberá especializar en energía eólica y fotovoltáica.