Los sindicatos de la compañía arremeten contra Zapatero por haber creado falsas expectativas
La Sepi cree que unir los astilleros civiles complicará su privatización
Los enfrentamientos en Sestao y Ferrol dejan 16 heridos en la jornada más conflictiva
Los sindicatos de Izar centran su esperanza, tras el fracaso de la última reunión negociadora, en la posibilidad de crear una empresa que recoja a todas las factorías que no se integren en la nueva Izar, dedicadas a la construcción naval civil. Es decir, en que Fene, Gijón, Sestao, Manises, Sevilla y San Fernando sean transferidos a una misma compañía, distinta de la creada para Ferrol, Cartagena, Puerto Real y Cádiz. Carlos Romero, de UGT, señaló que no se trata de la hipótesis ideal ni siquiera de la que vayan a aceptar los trabajadores, pero si es un camino que abriría vías para la negociación sobre el futuro de Izar. Fuentes de la Sepi han valorado positivamente esta iniciativa, aún reconociendo que dificultaría un proceso privatizador. «Hasta ahora tampoco se ha dicho que tuviera que ser de otra manera», aclaró ayer un portavoz del ente público. La reflexión se produjo a lo largo de otra jornada conflictiva en la que el número de heridos por los enfrentamientos entre trabajadores y Fuerzas del Orden aumentó a 19. Los incidentes más graves tuvieron lugar en La Naval de Sestao, donde un empleado de Izar tuvo que ser ingresado en el Hospital de Cruces, con una grave lesión ocular al ser alcanzado por una pelota de goma. La próxima reunión entre los sindicatos -CC.OO., UGT, CIG, ELA, CAT y USTG-, la empresa y la Sepi está prevista para el próximo jueves, 23 de septiembre. En este encuentro, el presidente de la corporación Enrique Martínez Robles presentará a los representantes de los trabajadores un plan industrial para los astilleros que pretende «salvar» y transferir a la nueva Izar. Empresa auxiliar Los portavoces sindicales desconfían del proyecto industrial. «No creemos que sea determinante porque sigue en cuestión definir el modelo de empresa y el plan no recogerá carga de trabajo para los civiles, que dependerán de su nuevo y todavía hipotético dueño», añadió Romero. Así, el único hilo de esperanza que vislumbran radica en la propuesta que realizaron en la reunión del día 23, que no fue rechazada por la Sepi, consistente en que los astilleros «a privatizar» se «vendan juntos». Quedarían agrupados en una nueva sociedad, con mayoría de capital privado, pero con un porcentaje del 49% de capital público, porcentaje que según fuentes sindicales permitirá Bruselas. La situación de incertidumbre y la visión de que cualquier entendimiento parece más que remoto aumentó considerablemente la tensión en las factorías. Los comités advirtieron de que «el ambiente está muy caldeado» y que «en cualquier momento puede saltar una chispa». Explican que a la crispación arrastrada se ha unido la decepción provocada por el presidente del Gobierno a quien acusan de «levantar falsas expectativas».