Las protestas por los recortes del Gobierno alemán pierden fuerza

Berlín volvió a ser ayer el escenario de una manifestación de protesta que debía, según el deseo de los organizadores, convocar a varias decenas de miles de manifestantes y ocasionar con ello, un nuevo y duro golpe a las pretensiones del Gobierno alemán, que está decidido a imponer duros recortes al sistema de bienestar del país Los organizadores de la protesta, - el PDS, partido que agrupa a los neocomunistas, la asociación antiglobalización, ATTAC, y varios grupos de la izquierda-, soñaron con reunir a más de 100.000 personas en la famosa Alexander Platz de la capital, para exigir la renuncia del canciller Gerhard Schröder y la derogación de la llamada Ley Hartz IV, que introduce una fuerte reducción en la ayuda que reciben los parados de larga duración. Pero al final no lograron juntar a más de 20.000 personas, según la policía (40.000 según los organizadores), en un claro ejemplo de que las manifestaciones de protestas pueden haber llegado a su fin en Berlín, después de haber generado inquietud y alarma en las filas del Gobierno y una inédita ola de recelo y antipatía entre la población que habita en el occidente del país. Las llamadas «manifestaciones de los días lunes» nacieron casi de forma espontánea en la ciudad de Magdeburgo y tenían como meta revivir la histórica protesta que nació en Leipzig, que acabó con el régimen comunista de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA).