Las familias son propietarias de más de un cuarto de las acciones cotizadas
La inversión extranjera es dueña de un tercio de la Bolsa española
Es responsable de más de la mitad del negocio que se mueve en el mercado
El protagonismo de la inversión extranjera en la Bolsa española es indiscutible. De hecho, sería imposible entender el fuerte crecimiento experimentado por el mercado en los últimos años prescindiendo del papel que ha jugado el dinero foráneo. Los inversores extranjeros son ya propietarios de más de un tercio de las acciones cotizadas en la Bolsa española. Además, una de cada dos órdenes que se introducen cada día en el mercado continuo procede de otro país. Los datos correspondientes al último ejercicio completo (2003) confirman que los ahorradores foráneos mantienen su posición como sector líder en la propiedad de acciones, con un peso del 35,1%, porcentaje que se ha mantenido prácticamente inalterada durante el último decenio, de acuerdo con las cifras que maneja el Servicio de Estudios de la Bolsa de Madrid. Atendiendo a los datos que facilita la Dirección General de Política Comercial e Inversiones Exteriores, el pasado año, los no residentes realizaron compras en el mercado de renta variable español por valor de 244.214 millones de euros, la segunda cifra más elevada de la historia, cercana a los 258.422 millones del 2000. Las ventas totalizaron 258.478 millones, con lo que la inversión neta fue negativa en 14.264 millones. Cuatro años de caída Esta tendencia se ha mantenido en los últimos cuatro años. Sin embargo, el director del Servicio de Estudios de la Bolsa de Madrid, Domingo García Coto, aclara que el descenso se explica por las operaciones de compra de sociedades extranjeras realizadas por las principales compañías españolas instrumentadas mediante intercambios de acciones. García Coto aclara que «esas operaciones de canje no son recogidas en las estadísticas de compras. Sin embargo sí computan como ventas las órdenes que cursan los inversores para deshacerse de los títulos una vez efectuado el intercambio». Algo similar podría ocurrir con la reciente compra del Abbey National por parte del Santander Central Hispano. Por detrás de los no residentes, se colocan las familias españolas, que controlan el 26% de las acciones cotizadas en el mercado de valores español. La participación de los hogares en la Bolsa ha seguido en los últimos años un perfil cíclico, con un fuerte aumento entre los años 1992 y 1998 y una corrección en los ejercicios posteriores. Les siguen las empresas no financieras, con un 23% del total. El salto en este segmento ha sido brutal, ya que en 1998 eran propietarias de sólo el 5,48%. El incremento está relacionado con la salida a Bolsa de las filiales de los grandes grupos empresariales cotizados en la Bolsa española. Las incorporaciones al mercado de compañías como Terra, Telefónica Móviles o TPI lo han hecho posible. Por su parte, bancos y cajas tienen en cartera el 7,7% de la capitalización (valor de mercado) de la Bolsa, mientras que los fondos de inversión controlan el 5,6%; y las compañías de seguros, el 2,3%. Los más activos La mayorías de las órdenes que canalizan los inversores no residentes hacia el mercado de valores español llegan de países miembros de la Unión Europea, que, en conjunto, representan más del 80% del total. La palma se la lleva el Reino Unido, desde donde se cursaron el pasado año órdenes equivalentes al 56,8% de la inversión bruta total de los extranjeros en empresas cotizadas en la Bolsa española. No obstante, hay que tener en cuenta que Londres es la plaza financiera más importante del Europa, por lo que los intermediarios bursátiles con sede en la City canalizan desde allí las órdenes de inversores de otros países.