Microsoft modificará Windows para ajustarse a las sanciones de la UE
Microsoft anunció ayer que no recurrirá el auto del Tribunal de Primera Instancia de la UE que desestimó su petición de suspender cautelarmente las medidas antimonopolio que le impuso en marzo pasado la Comisión Europea y además afirmó estar dispuesto a una «completa y rápida» aplicación de las mismas. El gigante informático ha asegurado que trabajará «constructivamente» con la Comisión Europea para una «completa y rápida» aplicación de esas medidas antimonopolio, explicaron fuentes de esta compañía. Para ello, Microsoft facilitará la información para protocolos de comunicación necesaria para la interoperabilidad entre servidores de redes y comercializará las primeras versiones del sistema operativo Windows sin el reproductor Media Player, dos de las medidas impuestas por Bruselas. La edición europea de Windows sin el lector de reproductor multimedia de Microsoft estarán disponibles para los comerciantes en las «próximas semanas», según las fuentes. No obstante, el gigante estadounidense precisó que no recurrirá la decisión de Primera Instancia, pero que continuará con su apelación de fondo contra la decisión de Bruselas que le sancionó por abuso de posición dominante de mercado. Un proceso abierto «Seguimos siendo optimistas» sobre el resultado del proceso abierto en el Tribunal de Justicia de la UE, agregaron las fuentes, que consideran que el auto de Primera Instancia de diciembre apuntaba a que algunos de los argumentos de Microsoft podrían proporcionar una base para darle la vuelta a la decisión de Bruselas. El Tribunal debe aún pronunciarse sobre el fondo del asunto, es decir, sobre el recurso interpuesto por Microsoft contra la decisión de Bruselas que le sanciona por abuso de posición dominante, decisión que incluye una sanción económica de 497,2 millones de euros. Este dinero ya fue abonado por Microsoft en una cuenta que permanecerá cerrada hasta el fin del proceso de fondo. Microsoft pidió la suspensión cautelar de las medidas impuestas por la Comisión y argumentó que existía un riesgo de daños graves e irreparables si tenían que aplicarlas durante los cuatro o cinco años que está previsto dure el proceso ante el Tribunal. Sin embargo, el Tribunal de Primera Instancia de la UE rechazó esa petición el pasado 22 de diciembre.