Los asesores denuncian la «presión agobiante» de la Agencia Tributaria

El ciudadano sufre una presión fiscal indirecta agobiante porque, ante cualquier disparidad con Hacienda, es el propio contribuyente el que tiene que demostrar que lo que dice es correcto. Pero en ese momento ya se sentirá acosado, muy probablemente, por un expediente sancionador que acompañará la documentación remitida por Hacienda. Ésta es la situación que describe la Asociación Española de Asesores Fiscales, presidida por Rubén Candela Ramos, quien critica varios de los aspectos abordados por el Plan de Prevención contra el Fraude Fiscal, cuyas líneas generales fueron aprobadas el pasado viernes por el Consejo de Ministros, porque es la «propia Hacienda la que hace distinción entre fraude e incumplimiento de una normativa altamente prolija. Y sigue actuando contra el incumplimiento y no, sin embargo, contra el fraude». «Y el ciudadano -añade- no es un vasallo de la Agencia». Según Candela, el Plan tenía medidas desmesuradas, como intentar que las empresas se vean en la obligación de dar información de las operaciones hechas con terceros, con lo que Hacienda pretende cruzar todos los datos. También criticó la intención de «asignar una serie de marcas informáticas» a determinados contribuyentes que podrían estar implicados en las tramas del IVA».