El déficit comercial de España aumentó un 31% durante el 2004

El comercio exterior español cerró 2004 con 60.669,6 millones de euros en números rojos, un déficit superior en un 31,1% al del año anterior. Es el dato más negativo de la coyuntura económica, y el deterioro triplica el de 2003 -ese año, el déficit comercial aumentó el 10,3%-, pero no ha sorprendido a los expertos, porque este nivel de desequilibrio ya se puso de manifiesto durante toda la segunda mitad del pasado ejercicio. Las exportaciones de bienes aumentaron un aceptable 6,3%, hasta sumar 146.460,4 millones, las importaciones, siempre más elevadas en valor, crecieron a un fuerte ritmo del 12,5%, tasa que duplica la del año precedente, y ascendieron a 207.130 millones de euros. El valor de las ventas al exterior alcanzó a cubrir poco más del 70% del importe de las adquisiciones, la proporción más baja de los últimos años, e inferior en 4,2 puntos a la tasa de cobertura registrada en el 2003. En el 2005 el agujero comercial se reducirá, porque, según las estimaciones del ministerio de Industria, avanzadas ayer por el secretario general de Comercio Exterior, Alfredo Bonet, las exportaciones crecerán a un ritmo similar al del pasado año, entre el 6% y el 7%, y se moderará el avance de las importaciones, para quedar entre el 8,5% y el 9%. El deterioro del comercio exterior ha pasado una gravosa factura al crecimiento del pasado año, aunque fue el saldo de servicios, todavía más deficitario, el que contribuyó en mayor medida a restar 1,7 puntos al avance del Producto Interior Bruto. La mejora de los intercambios comerciales prevista para este año, dijo Bonet, podría dejar este recorte en 1 punto. El desequilibrio de la balanza comercial en el 2004 tuvo, según Alfredo Bonet, una causa coyuntural, la atonía de los principales socios de la Unión Europea, y otras estructurales, a las que urge hacer frente. Principales mercados Los principales destinos de las mercancías españolas son los países de la zona euro, en los que la demanda estuvo deprimida el pasado año. Las empresas españolas aplicaron una significativa contención de márgenes, -los precios de las exportaciones españolas apenas subieron el 1% en el ejercicio, mientras los de las importaciones lo hicieron en cuantía similar al aumento de la inflación- y de este modo consiguieron mantener, mal que bien, la cuota de mercado.