París y Berlín imponen a Europa un nuevo catecismo económico
Concede mayor libertad a los Estados miembros para justificar desde pequeñas desviaciones presupuestarias
Unas reglas hechas a la medida de Francia y Alemania, pero en las que cada país puede encontrar su espacio. En eso consiste, en esencia, la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), pergeñada por los ministros de Economía de los Veinticinco el pasado domingo, tras una larga reunión de casi trece horas. El nuevo PEC, que hoy aprobarán formalmente los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) en la cumbre que celebran en Bruselas, concede mayor libertad a los Estados miembros para justificar desde pequeñas desviaciones presupuestarias hasta grandes agujeros en sus arcas públicas. El Pacto de Estabilidad seguirá siendo el principal instrumento de la UE para el control de sus políticas económicas y, muy particulamente, de su equilibrio presupuestario. El Banco Central Europeo (BCE), no obstante, aportó la nota discordante al mostrarse «seriamente preocupado» por la reforma, pues entiende que puede «minar la confianza» en el marco fiscal de la UE y en la estabilidad presupuestaria. Pese a esta pataleta de la autoridad monetaria, la UE se dispone a adoptar el nuevo Pacto de inmediato y frenar, de paso, las sanciones contra Francia y Alemania. Además, los líderes de la Unión Europea se reúnen hoy y mañana en Bruselas para retocar los principios básicos de su política económica con el fin de impulsar las recetas para lograr más crecimiento y mayor empleo.