Francia frena la directiva Bolkestein que pretende liberalizar los servicios en el mercado europeo
Los líderes de la UE reconocen el fracaso de su política económica
Renuncian al pleno empleo para el 2010, uno de los objetivos de la cumbre de Lisboa Los Vein
Una cumbre destinada a la irrelevancia, a constatar fracasos económicos y que, como mucho, deberá conformarse con ponerle la guinda al nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que ahora concederá más libertad a los Estados miembros para justificar su déficit público. éste es el marco en el que se celebra en Bruselas el Consejo Europeo de primavera, en el que los líderes intentan revisar y simplificar las recetas para que el Viejo Continente se pueda conciliar con el crecimiento, la competitividad y el empleo. Sobre la mesa de negociación apenas existen elementos nuevos con respecto a hace cinco años, cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la UE aprobaron la llamada Estrategia de Lisboa, cuyo objetivo pasaba por convertir a la Comunidad en la economía más competitiva y dinámica del mundo en el horizonte del 2010. A lo único que están dispuestos los líderes europeos, más que a las innovaciones y a las correcciones de tiro, es a despojar su estrategia económica de todo tipo de superlativos, reconociendo abiertamente que no podrán lograr el pleno empleo dentro de cinco años. Mientras que la Estrategia de Lisboa se marcaba la ambiciosa meta de llegar al 2010 con una tasa de empleo general del 70%, del 60% para el caso de las mujeres y del 50% para los trabajadores de edad avanzada, el proyecto de conclusiones sobre el que ayer trabajaba el Consejo Europeo recogía sin complejos que «los objetivos de pleno empleo, calidad y productividad laboral y cohesión social deben traducirse en prioridades claras y mensurables», pero sin precisar el cuáles. Además, la UE pretende eliminar las trabas que soportan las empresas europeas que operan en estados miembro distintos al de su origen, pero tendrá que suavizar los planes de reforma que lidera la Comisión si quiere contar con el consenso de todos sus socios, del Parlamento Europeo y de los agentes sociales. La directiva Bolkestein propone liberalizar el mercado europeo de los servicios, responsable del 70% del PIB europeo. Pero la forma de hacerlo no convence a todos los países, especialmente a Francia, que lleva varios meses presionando para conseguir una nueva redacción del texto comunitario. «Lisboa fracasó porque quien mucho abarca poco aprieta» JOSEP BORRELL Presidente de la Eurocámara