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| Crónica | Jesmar cierra sus puertas tras 59 años de historia |

¿Y ahora con qué jugamos?

La firma juguetera alicantina, fundada en 1946, ha presentado un expediente de liquidación que afectará a un total de 80 puestos de trabajo directos y cerca de un centenar indirec

Publicado por
María Cedrón - redacción
León

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Fue la primera firma española en lanzar al mercado una muñeca capaz de reproducir las necesidades fisiológicas humanas y, aunque sus juguetes (Cocolín Cucolín, Bárbara o Myriam) no alcanzaron la fama de chicas de plástico como la Nancy de Famosa, sí llegó a consolidarse como una de las principales empresas de juguetes del mercado español. Su volumen de producción llegó a alcanzar los dos millones y medio de muñecas anuales con un catálogo de productos de 300 modelos diferentes. Pero ahora, Jesmar, fundada por Jesús y María hace 59 años y convertida en sociedad anónima en 1982, cerrará sus puertas para siempre. Su clausura dejará sin empleo a 80 trabajadores de la comarca alicantina de Biar, además de afectar a otro centenar de personas que acudían de forma eventual a la factoría. La mayoría tienen una edad media de cincuenta años y, según aseguran, seguirán en su puesto hasta que terminen los encargos que tienen comprometidos. Después ya no habrá más Jesmar para jugar. Y es que ahora las niñas usan menos muñecas y los padres prefieren las que vienen de China o Taiwan. La competencia asiática ha hecho resentirse al sector. Según los datos que maneja la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, fue en el 2003 cuando las exportaciones de productos fabricados en España comenzaron a resentirse. De hecho, ése fue el primer ejercicio en el que éstas descendieron un 12,72% en relación al año anterior. Además, la fortaleza del euro frente al dólar, afianzada sobre todo hace unos meses, ha contribuido a empeorar la situación. Problemas financieros Pero los responsables sindicales con presencia en Jesmar aseguran que los problemas de la empresa ya vienen de atrás. La compañía arrastra problemas económicos desde enero del 2001. Entonces había presentado un expediente de suspensión de pagos. Nueve meses más tarde, en octubre, la compañía aprobó un plan de viabilidad que recogía una reducción de los costes de producción y mantenía los puestos de trabajo, ya que el volumen de pedidos se mantenía, llegando incluso a incrementarse. Pero la situación parece haber hecho aguas. Desde Fitega CC.OO. indican que el inminente cierre de la factoría se debe a sus problemas financieros originados «por desavenencias entre los cinco hermanos propietarios, dos de los cuales han sido despedidos por el resto». De momento, los trabajadores sólo saben que hasta el próximo día 31 no se les dará una explicación.