La UE refuerza su blindaje contra la entrada masiva de textil de China

Se trata de un arma para utilizar de forma temporal y sólo como «último recurso», pero un arma al fin y al cabo. La Comisión Europea definió ayer los niveles de alerta para las importaciones del textil de China, una medida que permitiría restringir la entrada de estos productos si se producen graves trastornos en el mercado comunitario. En aplicación de los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Unión Europea no puede limitar las importaciones textiles desde el pasado 1 de enero, aunque sí tiene la capacidad de invocar las cláusulas de salvaguarda fijadas cuando China ingresó en el club, en el año 2001. Este blindaje es algo que reclaman tanto la industria comunitaria como los países más afectados por la competencia china, entre los que figuran Italia, Francia, España, Portugal y la República Checa. Unos y otros se remiten a los últimos datos sobre flujos comerciales para advertir de las daño que el gigante asiático puede producir en Europa. Las cifras que maneja Bruselas hablan por sí solas. En los dos primeros meses de este año, las importaciones textiles chinas se han desbocado completamente en algunas categorías, como calcetines (con un incremento del 5.673% en volumen), pantalones de hombre (+900%), gasas médicas (+343%), jerseys (+210%) o trajes chaqueta femeninos (+111%). Las medidas de defensa anunciadas ayer por el eurocomisario de Comercio, el británico Peter Mandelson, consistirían en la apertura de una investigación a partir de que las importaciones chinas superen un determinado incremento, que va del 10 al 100% anual, según los casos. Así se abrirían consultas con Pekín y, si no hay acuerdo, se podrían activar las salvaguardas en tres meses. En cualquier caso, Mandelson, dejó claro que sería solo una medida «excepcional», que debe pasar unos complejos filtros y que, en ningún caso, permitiría regresar al sistema anterior de los contingentes.