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Las dudas sobre la fortaleza de la economía y de los resultados empresariales explican la caída

La Bolsa entra en pérdidas anuales tras ceder un 3,6% en dos sesiones

El Ibex 35 llegó a perder el nivel psicológico de los 9.000 puntos durante la jornada El presid

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Mercedes Mora - redacciónredacciónefe | parís
León

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Las bolsas siguen dando disgustos a los inversores. Si la semana pasada ya resultó nefasta para la renta variable, ésta no ha comenzado mucho mejor. Tanto es así que el Ibex 35, que el viernes pasado encajó el mayor descenso en casi un año, retrocedió ayer un 1,41%, suficiente para que el balance anual arroje ya números rojos: un descenso del 0,61%. El único consuelo que le quedó a los inversores al final del día es que la cosa pudo ser peor y que los descalabros en algunas de las principales plazas europeas fueron mayores. El Ibex llegó a caer en el transcurso de la jornada un 2,36% y perdió momentáneamente el importante nivel de los 9.000 puntos (el mínimo del día lo estableció en 8.938,9 puntos). Analistas divididos Sólo la moderada recuperación de Wall Street, coincidiendo con el tramo final de la sesión en Europa logró limitar el alcance de la caída. Aun así, las pérdidas fueron generalizadas en el Viejo Continente. Londres se dejó un 1,32%; Fráncfort, un 2,55%; París, un 2,05%, y Milán retrocedió un 2,6%. Los analistas achacan la mala racha que atraviesan los mercados de valores a la inquietud por el futuro de la economía mundial, en especial la estadounidense, y a los malos resultados empresariales, pero se muestran divididos sobre si se trata de una corrección pasajera o del punto de partida de una fase bajista. También apuntan que las recientes tensiones políticas entre Japón y China «no han ayudado al mercado bursátil, sino todo lo contrario», dada la importancia de China en la economía y el comercio mundial. Estas tensiones se han dejado notar también en la Bolsa de Tokio, donde el Nikkei registró ayer el mayor descenso en once meses. Todo parece indicar que esta semana lo único que puede levantar los ánimos de los inversores será la oleada de resultados empresariales que se van a presentar tanto a uno como a otro lado del Atlántico.