Diario de León

Esta exigencia entró en vigor en la mayoría de los países europeos el 1 de enero de este año

La banca española cambiará sus cajeros para adaptarlos al «chip»

La transformación de los cajeros automáticos costará cerca de los 800 millones de euros

La banca española tiene de plazo hasta el 2008 para adaptar los cajeros a la nueva tecnología

La banca española tiene de plazo hasta el 2008 para adaptar los cajeros a la nueva tecnología

Publicado por
M.ª C. González - redacción
León

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Los bancos y cajas españoles deben hacer frente al importante desembolso que supone transformar todos sus cajeros y terminales de pago (TPV) para adaptarlos a las nuevas tecnologías, al chip. Así, la inversión que deben afrontar las entidades del paísse llegan a estimar en cifras que rondan los 800 millones de euros. La obligatoriedad de cambiar los cajeros y las TPV deriva de las exigencias impuestas por los grandes compañías (Visa y Mastercard), que decidieron implantar una nueva tecnología, basada en el chip, porque consideran que otorga una mayor seguridad frente a posibles operaciones fraudulentas. Fuentes del sector explican que estos cambios ya se han materializado en la mayoría de países europeos, donde la exigencia entraba en vigor el 1 de enero del presente año. Sin embargo, España debe acometer la transformación entre el 2005 y el 2008. Razones La razón que justifica este mayor plazo radica en que, según coinciden en señalar todas las entidades financieras, España es un país con un nivel de fraude muy inferior a otros países europeos, como Gran Bretaña o Francia. Esto se debe a que la práctica totalidad de las operaciones se realiza on-line, es decir, son comprobadas al momento, mientras que otros puntos del continente se trabaja off-line. El sistema español, al igual que el de Estados Unidos, es más caro, pero también mucho más seguro. Pese a todo, el hecho de que toda Europa se adapte al chip hace que también España deba hacerlo porque, de otro modo, la medida perdería efectividad y haría que las bolsas de fraude se trasladasen a las áreas en las que no está implantada esta tecnología. Otra de las razones que ha servido para convencer a las entidades españolas para llevar a cabo toda la transformación de su infraestructura es el hecho de que las modificaciones tecnológicas llevan aparejadas también un cambio en la responsabilidad. Hasta ahora, cuando se producía un fraude en el pago con una tarjeta, el responsable era el emisor. Desde el 1 de enero, si un usuario poseedor de una tarjeta con chip comete una irregularidad en un cajero o TPV que no dispone de esta tecnología, la responsabilidad recae sobre la entidad propietaria del cajero automático o del TPV. Este trasvase de responsabilidad ha resultado fundamental para que las instituciones financieras se lancen a adaptar todos sus cajeros. El coste que deben afrontar las entidades financieras para que cada cajero automático pueda leer las tarjetas con chip oscila entre los 3.000 y los 6.000 euros.

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