Más de 760 millones de trabajadores baratos

El coste de la mano de obra es uno de los elementos que ha hecho de China uno de los países más competitivos del planeta. La renta per cápita anual de un hogar urbano es de 815 euros, es decir, muy por debajo del salario medio mensual de un gallego. Pero la comparativa es todavía más contundente con los trabajadores del sector rural chino, donde la renta per cápita anual cae hasta los 252 euros. A tenor de la estadística, China dispondría, por tanto, de 760 millones de personas en edad y disposición de trabajar cuyos ingresos están muy por debajo de las medias de los países más desarrollados. Las empresas, sobre todo las manufactureras, disponen de millones y millones de personas que proceden del campo, que quieren salir de allí y que están dispuestas a trabajar por muy poco dinero. Y esta masa de potenciales empleados baratos va a estar disponible, según todas las previsiones, durante muchos años. El éxodo de chinos que se desplazan del campo a las ciudades es imparable. En 15 años, el país ha pasado de tener 17 urbes con más de un millón de habitan-tes a tener 156, casi todas concentradas en la costa.