La subida del petróleo se reflejará también en la tarifa eléctrica

El Gobierno prepara medidas adicionales para que los costes del petróleo los paguen los consumidores no sólo vía carburantes, sino también en mayor proporción a través de la tarifa eléctrica. Lo anunció el vicepresidente económico, Pedro Solbes, en una conferencia pronunciada en el Foro ABC en la que consideró la subida del crudo -junto a la debilidad de los socios europeos, el diferencial de inflación y el deterioro del sector exterior- como uno de los principales riesgos para la continuidad del «notable» avance de la economía española. El incremento del precio del crudo -argumentó- tiene un impacto desproporcionado en la economía española, por su mayor intensidad energética, menor carga impositiva y por el impacto que representa en la factura exterior. El encarecimiento del petróleo coincide con un fuerte tirón de la demanda eléctrica en España y ambas trayectorias están estrechamente relacionadas. Las centrales de ciclo combinado, que queman gas, ya contribuyen en un 28% a la generación necesaria para atenderla, y esta aportación llegará hasta el 40% cuando entren en funcionamiento instalaciones en construcción o en proyecto. El gas evoluciona con el crudo El precio del gas evoluciona con el crudo, pero la actual estructura de la tarifa eléctrica -que no permite aumentos anuales superiores al 2%- no reconoce ese creciente peso. Por esta razón, el sector ha planteado revisiones trimestrales y que una nueva metodología tome en cuenta los cambios que se han producido en los últimos años. El anuncio de Solbes apunta en esta dirección. Persigue una mejora de la eficiencia energética -España consume más crudo por unidad producida que sus competidores y en los últimos tiempos ha empeorado esa situación-, y la moderación en el consumo de productos energéticos. El vicepresidente de Economía explicó que los mecanismos de mercado no son suficientes para trasladar el alza del crudo a los clientes finales, «por lo que podrían ser necesarias medidas adicionales». Así los consumidores percibirán lo que realmente cuesta la energía que consumen y ese conocimiento se traducirá en ahorro y en el consiguiente menor impacto medioambiental, según las previsiones del Gobierno.