Frutas y verduras acumulan en un año subidas que alcanzan el 45%

Algunos productos frescos acumulan en el último año incrementos astronómicos, que alcanzan hasta más de diez veces el IPC, cuya tasa interanual se situó en mayo en el 3,1%. El Gobierno central hizo ayer público el observatorio de precios de junio, en el que se destaca un importante descenso en las hortalizas y verduras. Pero el análisis anual arroja un balance más oscuro. Pese a que durante el mes pasado el valor de venta del tomate de ensalada descendió un 19%, en un año, este producto ha experimentado una subida del 45,29%. En esta dinámica inflacionista de los últimos doce meses le siguen el plátano de Canarias (43,33%), los limones (22,46%) y las anchoas (21,66%). Del observatorio de precios del Ministerio de Industria se desprende que algunos productos frescos siguen arrastrando las consecuencias de las heladas de este invierno. Lechugas, pimientos verdes y judías también acumulan incrementos interanuales de entre el 8 y el 11%. Las perspectivas para los próximos meses no son muy halagüeñas por la sequía que azota a muchas zonas de España. Los agricultores han denunciado que la falta de lluvia está incrementando notablemente sus costes de producción, sin que hasta ahora hayan subido los precios. Éste constituye el principal problema del mercado español. Los valores crecen de forma considerable en el destino final, al consumidor, pero se mantienen invariables en origen. Es decir, que el productor percibe los mismo. La raíz del problema Es el caso del tomate de ensalada. Lo que lleva cobrando el agricultor este año, según los datos del Gobierno, son 0,33 euros por kilogramo, mientras que el usuario paga en el mercado 2,02 euros. Algo parecido acontece con la judía verde plana: su valor en origen es de 0,99 euros y en destino de 3,02. Para justificar esta brecha, los distribuidores, sean grandes o pequeños, aseguran que en toda esa cadena intervienen muchos factores, como diversos costes de transporte y almacenaje, con lo que se justifica esa diferencia. Pero otros estudios hacen un diagnóstico bien diferente. Desde Unións Agrarias señalan a las grandes superficies comerciales como las principales culpables de una distorsión abusiva de precios, que perjudica al consumidor.