La deuda para comprar vivienda supera los 628.000 millones, cifra que cada mes crece un 20%
Bancos y cajas piden una reforma hipotecaria ante una crisis de tipos
Reclaman más flexibilidad, una rebaja del coste de los créditos y nuevos tipos de contratos
Bancos y cajas consideran urgente una reforma del sistema normativo que rige las hipotecas para poder hacer frente a una eventual crisis de tipos de interés. Así lo resaltó el presidente de la organización que engloba a estas entidades -la Asociación Hipotecaria Española (AHE)-, Gregorio Mayayo, quien criticó los «parches» legislativos que los últimos Gobiernos se han limitado a promover, «sobre todo en periodos electorales». Mayayo subrayó que la excesiva dependencia del euribor que sufre el mercado podría poner en peligro el sistema financiero y la economía nacional si no se afrontan una serie de cambios que pasan por flexibilizar el sistema, introducir nuevas clases de hipotecas y reducir el coste para los usuarios al cambiar las condiciones de sus contratos. Para la AHE, aunque el sistema hipotecario -cuya legislación base data de 1981 y 1982, cuando el Banco de España (BE) tenía capacidad de intervención- se ha mostrado eficaz durante años, las normas se han quedado obsoletas y fuera del contexto europeo. Mayayo apunta que el régimen presenta carencias que «de no resolverse pueden comprometer su estabilidad y capacidad de desarrollo». El principal problema es la inadecuación a las actuales circunstancias de los mercados, al contrario que en el resto de socios de la Unión Europea, donde el sector «se liberalizado para ganar en competitividad», dice. «La normativa es obsoleta y produce importantes distorsiones estructurales, aunque todavía reversibles», asegura. La deuda derivada de la adquisición de vivienda supera ya los 628.000 millones de euros, cifra que cada mes crece a ritmos del 20%. Un capital referenciado en su mayoría a tipos variables, sobre todo al euribor, en contratos que se revisan como mucho con periodicidad anual. Sin embargo, el BE ha perdido su capacidad de influencia y las decisiones sobre política monetaria llegan de Bruselas, condicionadas a la marcha de otras economías. En los últimos meses la AHE ha recordado que si los tipos engarzan varias subidas consecutivas -un escenario perfectamente factible, asegura la organización- las familias españolas lo van a pasar mal. Sobre todo aquellos que hayan firmado su hipoteca en los dos últimos años, periodo en el que el euríbor se ha mantenido en valores mínimos. Realismo necesario Esta situación «obliga a crear un marco normativo más realista y respetuoso con las reglas internacionales, que permita los ajustes automáticos necesarios y evite que un contra-ciclo económico o monetario ponga en riesgo toda la estructura», asegura Mayayo. Uno de los aspectos a resolver es la «dicotomía rígida entre préstamos fijos y variables», dice. Se hace necesario así introducir o reincorporar «las modalidades más usuales en Europa, que están orientadas precisamente a atenuar y dispersar en los mercados financieros este tipo de riesgos», añade. Para la AHE es imprescindible poner a disposición de los usuarios al menos seis modalidades de contratos. Quienes ya sufren su hipoteca corren también un riesgo. Para estos, una desaceleración económica sería fatal. La AHE critica que la legislación clasifica casi todas las modificaciones de una hipoteca ante circunstancias imprevistas como novaciones extintivas. Lo que obliga a firmar un nuevo contrato con los gastos, tasas y aranceles notariales que ello implica. «El sentido común pide que el nuevo marco normativo -el Congreso ya trabaja sobre ello- acepte la inscripción registral de cualquier novación que pacten libremente las partes conforme a derecho, sin más limitación que los derechos inscritos y de terceros y que dichas novaciones queden exentas de tributos y aranceles», concluye Mayayo.