Greenspan aplica la décima subida consecutiva de tipos en EE.UU. hasta el 3,5%

Animada por las crecientes señales sobre la buena salud de la economía estadounidense, la Reserva Federal (Fed) decidió ayer elevar en un cuarto de punto los tipos de interés hasta el 3,5%, el nivel más alto en cuatro años, como parte de su estrategia para contener las presiones inflacionistas y frenar el impacto de los altos precios del petróleo. Esta es la décima subida consecutiva en los últimos 14 meses, desde que el precio del dinero llegó a situarse en el 1%, la tasa más baja en 46 años. La decisión adoptada por el ban-co central estadounidense era esperada por el mercado y los analistas y es coherente con su política «mesurada» de alzas graduales, que se prevé que sigan todo este año en las tres reuniones que la institución tiene por delante, hasta dejar los tipos a corto plazo en el 4,25% para diciembre. Fortaleza El principal motivo para conti-nuar con esta línea es la solidez de la economía estadounidense, que vuelve otra vez a la senda del crecimiento después de un ligero parón a principios de primavera. Así, entre abril y junio, el PIB creció un 3,4 % y muchos analistas esperan que el incremento sea mayor en este tercer trimestre. La robustez de la economía ha impulsado la creación de empleos, con 207.000 nuevos puestos de trabajo tan sólo en julio, factor que fue ayer destacado por la institución que preside Alan Greenspan en el tradicional comunicado que acompaña a sus decisiones. En él, el Comité de Mercado Abierto de la Fed precisó que su posición en po-lítica monetaria «permanecerá acomodaticia», es decir, flexible según las condiciones. La decisión de la Reserva institución presidida por Alan Greenspan coincide con la es-calada de los precios del crudo, que ha vuelto a despertar el fantasma de las tensiones infla-cionistas. No obstante, la Fed se muestra confiada en poder controlarlas al indicar que la inflación ha sido «baja» en los últimos meses y que a largo plazo «las expectativas per-manecen bien contenidas». El movimiento de la Reserva Federal se tradujo de forma casi inmediata en el aumento del 0,25% en los tipos que los bancos aplican a sus créditos.