La inflación se disparó en septiembre hasta el 3,7% por la escalada del crudo
Los precios de consumo se dispararon en septiembre, y la inflación anual trepó al 3,7%, cuatro décimas más que en los meses de julio y agosto y su valor más alto desde marzo del 2003. El dato corresponde al avance que mensualmente difunde el Instituto Nacional de Estadística, elaborado con criterios comunes para toda la Unión Europea. El ministro de Economía, Pedro Solbes, reconoció que se trata de una «mala noticia», y atribuyó el fuerte aumento al encarecimiento del crudo y de los alimentos frescos. «Hasta ahora íbamos resolviendo buen el alza del petróleo y ahora esperamos que la situación se estabilice y el crudo empiece a bajar», declaró en los pasillos del Congreso. El dato adelantado de España contrasta con las previsiones de los expertos, pero no ha sorprendido demasiado. También Alemania ha anunciado que la inflación trepó en septiembre en ese país al 2,5%, su nivel más elevado en cuatro años. El equipo económico del Gobierno ya había previsto un impacto negativo de los precios del petróleo en los meses que restan del año. Para atenuarlo, el ministro de Industria, José Montilla, pidió a los operadores y distribuidores petroleros que sacrifiquen márgenes, que retrasen en lo posible el traslado a precios finales de las alzas en la cotización internacional del crudo, y que aceleren en la medida de lo posible la aplicación de los descensos. También les instó a realizar más inversiones en refino y a investigar en biocarburantes. Medida de las petroleras La respuesta de las petroleras ha incidido más en adelantar los procesos de inversión, una medida que tiene efectos en el largo plazo. Con mucho menos entusiasmo se han referido a la posibilidad de «suavizar» las subidas de los productos. En cuanto a los alimentos, el impacto de este año incorpora cierto efecto estadístico. Los productos frescos subieron poco en el mes de septiembre de 2004 porque se confrontaban con el verano de 2003, el de la más fuerte ola de calor. La comparación juega ahora en sentido contrario. Las autoridades económicas se muestran satisfechas, sin embargo, por la marcha de la evolución subyacente. Sin precios energéticos ni alimentos no elaborados, el resto del índice general se comporta mucho mejor -lleva dos meses en el 2,4%, su nivel más bajo desde abril de 2004- y el ministro Solbes no espera sorpresas desagradables.