La huelga de transporte provoca los primeros desabastecimientos

Cuando se cumple el cuarto día de huelga de transportistas en la cornisa cantábrica, en Galicia -sobre todo, en las provincias de A Coruña y Lugo- ya empiezan a escasear algunos alimentos perecederos en los mercados, en especial los lácteos. Mientras, en las carreteras, la Guardia Civil ya ha tenido que escoltar varias caravanas de camiones que intentaban trabajar, algunos de los cuales fueron agredidos con palos y piedras, al tiempo que sufrieron la rotura de los parabrisas de sus vehículos. Los huelguistas, no obstante, calificaron estos ataques de «hechos aislados» y «ajenos» a su voluntad. En teoría, en las comunidades autónomas donde se adelantó el paro, el lunes próximo -justo cuando empezaría la huelga a nivel estatal, salvo desconvocatoria de última hora- debería volver la tranquilidad en ellas. Así, en Asturias creen que llegarán a la medianoche del domingo «con la misión cumplida», mientras en Cantabria sólo se mantendrá de forma selectiva en aquellas empresas que no suban un 7% sus portes. En Galicia, sin embargo, no hay visos de que se recupere la normalidad. En este territorio, los huelguistas hablan de un seguimiento total en A Coruña y Lugo, que se quedaría en un 70% para Pontevedra y Ourense. El efecto ha sido evidente en todos los ámbitos. En los puertos, ante la imposibilidad de transportar el pescado, los armadores decidieron amarrar la flota de bajura en los puertos de Celeiro y Burela, medida que iba a ser seguida también por los buques arrastreros en A Coruña, Muxía, Ribeira y Muros, donde las lonjas se encontraban casi desiertas. La huelga no se dejó sentir en León porque los transportistas de la provincia han convocado el paro para el próximo lunes. Lo mínimo El Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC) -que engloba a las patronales de transportistas de España- presentó ayer a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, un documento de reivindicaciones en el que exigen, entre otras cosas, la congelación del Impuesto Especial de Hidrocarburos y la posibilidad de subir sus precios ante un incremento de costes. Unas contramedidas a las ofrecidas por el Gobierno el pasado día 7 para intentar paliar la crisis del sector. Los camioneros mantenían la huelga indefinida convocada a partir del próximo lunes, aunque el presidente del Comité, Ovidio de la Roza, apuntó la posibilidad de desconvocarla si el Ejecutivo era receptivo a sus demandas. En su batería de peticiones, los camioneros exigen la exención del impuesto de primas sobre seguros al 100% durante 2006 y su reducción al 50% a lo largo de 2007. El Ejecutivo, sin embargo, les había ofrecido un único recorte del 50% a aplicar durante el próximo año. Junto a esto, los transportistas reclaman una congelación sine die del Impuesto Especial de Hidrocarburos y, además, que en caso de que la fiscalidad de los carburantes varíe en un futuro por la obligación de igualarla a la europea, el tributo que pague el sector quede fijado «a la banda mínima que se pueda establecer por la Unión Europea». El Ministerio de Economía y Hacienda, que ha colaborado junto a los Trabajo e Interior con el de Fomento para cerrar la propuesta del Gobierno, había accedido a mantener el impuesto sólo durante 2006.