Ana Patricia Botín, elegida mejor empresaria del año en Europa
La presidenta de Banesto, Ana Patricia Botín, ha sido elegida mejor empresaria del año en Europa por el diario británico Financial Times , que elabora desde la temporada pasada junto a su versión alemana, FT Deutschland , la lista de las 25 empresarias europeas más destacadas. Botín ocupa este año la primera posición tras situarse en el 2004 en el segundo puesto, tras la ex presidenta de Nokia Sari Baldauf, que dejó la compañía de móviles en diciembre para acometer otros retos. La segunda posición de la lista de este año la ocupa la directora de Areva, el grupo nuclear estatal francés,Anne Lauvergeon. La lista fue elaborada por un grupo de cinco expertos, empresarios, jueces y profesores universitarios. Mujer y presidente de un banco. Pocas personas en el mundo cumplen estas características, pero una de ellas está en España, y preside Banesto. Su actuación al frente de Banesto, desde que asumió el cargo hace tres años, y, especialmente, el papel crucial que tiene en el grupo Santander -al que pertenece Banesto-, han sido los méritos que han concurrido para que el diario británico la haga merecedora de tal galardón. Duro trabajo Formada en colegios de Suiza, Reino Unido y Austria, y licenciada en Económicas en la Universidad de Harvard, la carrera de Ana Patricia Botín ha estado girando permanentemente en torno a la banca, como no podía ser de otra forma, desde que en 1981 comenzara su trayectoria profesional en la Banca Morgan. Han sido casi 25 años de duro trabajo en el que su apellido la ha ayudado, pero en el que no todas las puertas se le han abierto, según reconoce ella misma. No obstante, su carrera ha sido meteórica, ya que a sus 45 años, preside un banco, un cargo que hasta ahora se asimilaba con hombres que rondaban la edad de jubilación. Siempre estarán los que atribuyen su ascenso al hecho de llevar un apellido de banqueros de toda la vida y a que su padre, Emilio Botín, el presidente del grupo Santander, confíe ciegamente en su primogénita desde sus inicios en el mundo de la banca, en el que ser mujer ha sido más un condicionante que una ventaja.