Castilla y León supera el poder de compra medio de la Unión Europea

Siete autonomías, entre ellas Castilla y León, superan el poder de compra medio de la Unión Europea de 25 socios, y tres de ellas -Madrid, Navarra y el País Vasco- lo rebasan en más de un 20%, y han ido aumentando distancias en los últimos cuatro años. Lo confirma la contabilidad regional del año 2004 que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE), con los datos ya actualizados de la nueva realidad económica de España, que toma en cuenta la inmigración. El pasado año el PIB por habitante nacional, en igualdad de poder adquisitivo, era equivalente al 98,3% del correspondiente a la UE a 25. La convergencia había avanzado 5,6 puntos en cinco ejercicios, según datos homogéneos que ya incorporan cambios estadísticos introducidos en otros ocho países socios. En el 2004, Madrid mantuvo el liderazgo, al superar el promedio comunitario en un 29%, si bien sólo había aumentado su diferencia con ganancia de tres puntos porcentuales desde 2000. La ventaja de Navarra era del 24,6% -frente al 18% de cuatro años antes, una mejora de 6,6 puntos-, y la del País Vasco se situaba en el 22,9%, con un más destacado avance, en este caso de 9,3 puntos porcentuales, durante el quinquenio. Otras comunidades que superan la media de poder de compra de la UE son Cataluña (17,8% más), Baleares (en un 10,9%), La Rioja (en el 6,8%), y Aragón (en el 5,1%). Las autonomías han alcanzado estos niveles con muy diferente evolución: Baleares ha acortado su distancia 3,3 puntos porcentuales respecto a la ventaja que presentaba en 2000, mientras Aragón ha mejorado su posición en 7,2 puntos. En el extremo opuesto, el poder de compra de Extremadura está casi un 35% por debajo del promedio europeo. En el 2000, la distancia rozaba el 40%. Con todo, en 2004, Extremadura era la única autonomía española situada a nivel inferior al 75% de la media de los 25 países comunitarios. Efecto inmigración Somos más, y también más ricos, pero la ganancia ha ido por territorios. La nueva población inmigrante se reparte de forma desigual, y con ella la evolución del empleo. Además, la estructura económica revisada recorta un poco el peso de los servicios, de la producción industrial y la energía, al tiempo que reconoce más importancia a la agricultura, a la inversión en bienes de equipo y en el inmobiliario. Castilla y León, Comunidad Valenciana y Canarias salen porque tienen un índice superior al 75% de la media europea a 25 países, pero también saldrían si el promedio se hubiera calculado con los 15 antiguos Estados miembros.