La armonización fiscal impide atraer firmas a la UE con rebajas de impuestos
La rebaja del impuesto de sociedades que prepara el Gobierno -desde el 35% actual al 30% para las grandes empresas y al 25% para las pequeñas- no servirá para atraer compañías extranjeras. El proceso de armonización fiscal en el que está inmersa la Unión Europea impedirá captar inversiones mediante rebajas en los gravámenes. Así lo sostiene un reciente informe del Instituto de Estudios Fiscales, dependiente del Ministerio de Economía y Hacienda, que analiza el agotamiento del denominado milagro irlandés. El estudio resalta que el espectacular crecimiento que ha experimentado la economía irlandesa en los últimos años se debe principalmente a la rebaja de la tasa que pagan las compañías por su renta. Una iniciativa, explica, que ha permitido atraer a su territorio a un gran número de firmas extranjeras y que ha cambiado «profundamente» el tejido productivo del país, ahora especializado en bienes de alta tecnología. Esta medida fiscal, junto con otras destinadas a primar las exportaciones y moderar los salarios, disparó el crecimiento económico. El producto interior bruto (PIB) se situaba por debajo del 90% de la media comunitaria a principios de los años noventa, lo que le permitía recibir fondos de cohesión. Hoy está alrededor del 120%, nivel sólo superado por Luxemburgo. Pero este modelo, espejo en el que España se ha mirado en muchas ocasiones, se enfrenta a serios riesgos. El ejemplo de la isla La Unión Europea impulsa desde 1993 una mayor armonización en los tributos que pagan las empresas para evitar distorsiones en el mercado común. En 1998, los ministros de Economía comunitarios decidieron desterrar una serie de medidas consideradas «perniciosas» por establecer el nivel impositivo muy por debajo de la media e incluyeron una mención especial a Irlanda. La isla, defiende el Instituto, ha experimentado un aumento de la riqueza y el empleo tan importante que hace «difícilmente justificable» sus intentos por mantener los «privilegios» financieros y fiscales que posee en la actualidad. El estudio mantiene que la ampliación a diez nuevos socios supone un mayor riesgo para este país que para el resto de la antigua Unión.