Mujeres, feroces competidoras

El 53% de la población laboral estadounidense son mujeres que compiten entre ellas de «modo feroz» y apoyadas en las relaciones personales, según varios estudios. «Las mujeres viven en una trama de relaciones tanto en el hogar como en el empleo», opinó Susan Murphy, coautora con Pat Heim del libro En compañía de mujeres . «Para las mujeres, el empleo o el negocio es el comienzo de una relación, que se sustenta en las relaciones con personas que les gustan y en quienes confían», agregó. Murphy asegura que «la animosidad de las mujeres hacia otras mujeres en el empleo es el secretito sucio del avance femenino en el mercado de trabajo». En Estados Unidos, el número de mujeres con empleos remunerados ha subido de 29,7 millones en 1970 a 64,7 millones actualmente, lo que representa aproximadamente el 70 por ciento de las mujeres del país. «Como el 53 por ciento de la fuerza laboral estadounidense es femenina, esa animosidad es un elemento que socava la productividad, acelera el cambio de personal, erosiona el servicio y drena los recursos de las pequeñas empresas», según Murphy. Y esto es un punto importante: cada 60 segundos una mujer abre un negocio en Estados Unidos, y en el país hay casi siete millones de empresas, en su gran mayoría pequeñas, que son propiedad de mujeres. En las juntas directivas Esta irrupción multitudinaria de las mujeres en el mercado del trabajo remunerado y el hecho de que, a pesar de todos los cambios, todavía sólo el 8,3 por ciento de los puestos en las juntas directivas de las mayores empresas los ocupan mujeres, acentúa la competencia por los ascensos. En la importancia que las mujeres asignan a las relaciones personales es donde le dan el toque femenino a la competencia entre ellas. «Las mujeres tienden a formar esas relaciones, comparten detalles íntimos o experiencias acerca de su vida», según Nan Mooney, autora del libro ¡No puedo creer que ella haya dicho eso! ¿Por qué las mujeres se traicionan unas a otras en el empleo ? «Este intercambio de confidencias puede traer consecuencias cuando la que recibió las confidencias es promovida, o se convierte en la jefa», agregó. «Puede llevar a la amargura, el celo y la falta de confianza». Según una encuesta de la firma Gallup, en el último medio siglo ha aumentado la proporción tanto de hombres como de mujeres que prefiere tener a una mujer como jefe en lugar de a un hombre.