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La tasa supone un incremento de 1,5 puntos respecto al 2004 y de 4,7 puntos frente al 2003

Las familias dedicaron el 36,5% de su renta a comprar una vivienda

El precio de un piso de 93 metros fue 6,7 veces mayor a la renta bruta de un hogar medio

Las hipotecas representan el 73% de la deuda total de las familias

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p.a. | madrid
León

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Las familias destinaron un 36,5% de su renta bruta disponible a la adquisición de una vivienda durante el 2005, lo que supone un incremento de 1,5 puntos respecto al esfuerzo que tuvieron que realizar en el 2004 y de 4,7 puntos frente al 2003. Se trata, según los datos del Banco de España, de la tasa más alta desde 1996, cuando era necesario dedicar el 36,7%. Y está tres puntos por encima de la recomendada por las entidades financieras a sus clientes para evitar riesgos de morosidad e impagos. Si se descuentan las deducciones fiscales que priman la compra de vivienda en el sistema vigente, el esfuerzo de los ciudadanos se situó en el 25,6% de su renta en el 2005. Este porcentaje es un punto mayor que el de hace dos años y 3,1 puntos superior al de hace tres ejercicios. También es este caso no se registraba un nivel tan elevado desde 1996. Pero el continúo encarecimiento de la vivienda sigue obligando a las familias a contratar créditos hipotecarios de cada vez mayor cuantía. Así, Banco de España calcula que el precio de una vivienda de tipo medio de unos 93 metros fue 6,7 veces mayor a la renta bruta disponible de un hogar medio en el 2005, frente a las 6,2 veces del ejercicio anterior y a las 5,5 veces del 2003. El peor momento para los hogares se produjo en 1995, cuando el esfuerzo para hacerse con un piso ascendió al 45,4% de su renta bruta. La recuperación económica y la moderación de los precios permitió que los hogares disfrutasen de unas situación más desahogada en los ejercicios siguientes (30,4% en 1997, 28,3% en 1998, y 27,8% en 1999). El coste de las casas se disparó en el 2000, año que marcó el cambio de tendencia. La deuda de los hogares no para de crecer en valores absolutos y la posición del conjunto de las familias también empeora, porque el ahorro total que atesoran -diferencia entre las rentas percibidas y los gastos de consumo- no basta para financiar su inversión en inmuebles, con lo que aumenta la vulnerabilidad doméstica. Endeudamiento familiar Según los últimos datos conocidos, el endeudamiento de los hogares por la compra de una vivienda creció un 24,6% en los once primeros meses del año pasado, hasta los 465.218 millones de euros. Las hipotecas ya representan cerca de un 73% de la deuda de las familias por todos los conceptos. Y eso a pesar de que los precios de la vivienda libre «sólo» crecieron un 12,8% el año pasado, el menor alza de los últimos cuatro ejercicios. El instituto emisor ha advertido en numerosas ocasiones de que los compromisos financieros contraídos por las familias en las hipotecas y otros préstamos no supone peligro para la estabilidad del sistema, pero puede llegar a limitar la capacidad de gasto de los hogares, que es en la actualidad un soporte del crecimiento económico. El riesgo se materializará si suben significativamente los tipos de interés desde sus mínimos históricos o se deteriora el empleo, ha alertado. El precio del dinero ya ha empezado a subir. Pero el mercado laboral sigue pujante, recuerda el instituto emisor, que aporta la referencia de un aumento de la población ocupada en 665.000 trabajadores a finales del tercer trimestre. La tasa de morosidad sobre riesgo contraído por las entidades de crédito sigue muy baja y el año pasado volvió a descender, del 0,88% al 0,74%. Además, sólo el 7,2% de las hogares con hipoteca pendiente le destinan más del 40% de su renta, es decir, que están en el segmento más vulnerable según los criterios del Banco de España.