OTRAS COSTUMBRES
La obsesión de hipotecarse de los mediterráneos no existe en Suecia
Suecia, al igual que el resto de los Estados escandinavos, es un país en el que no existe la obse-sión de comprar un piso e hipo-tecarse hasta las cejas. Esto se debe, entre otras cosas, al nivel de servicios sociales que ofrece el Estado. El Gobierno garantiza cualquier cobertura imprevista, desde perder el trabajo a sufrir una enfermedad o tener un hijo. De ahí que la capacidad de ahorro, en general, no sea muy alta. Los suecos viven al día, evidentemente sin el mie-do al desempleo, por lo que las viviendas son de alquiler. Será tarea difícil encontrar en cual-quier periódico un anuncio de «Se vende piso», sin embargo, los de «Se cambia piso», «Se al-quila» y «Se desea alquilar» son numerosos. Los suecos pueden cambiar pisos de 90 metros cuadrados y tres habitaciones por otros más céntricos de 60 metros y dos habitaciones. En ciudades grandes, los padres, nada más nacer sus hijos, piden entrar en las listas de viviendas a bajísimo alquiler.