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El salario medio de los menores de 30 años se sitúa en España en 14.404 euros al año

Los jóvenes cobran un 28% menos que el resto de los trabajadores

Un informe del CES constata las dificultades para compaginar el empleo con los estudios

Publicado por
María Cedrón - redacción
León

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Salarios más bajos, ocupaciones con menos cualificación y una elevada tasa de temporalidad son las características que definen el empleo juvenil en España, según los datos recogidos en el informe sobre el papel de la juventud en el sistema productivo español, elaborado por el Consejo Económico y Social (CES). Mientras el sueldo medio para todas las edades se sitúa en España en 19.921,67 euros al año, los menores de 30 años -franja hasta la que, a efectos estadísticos, una persona se considera joven- reciben una media de 14.404,29 euros, un 28% menos que la global. La brecha entre las remuneraciones de los asalariados de este segmento poblacional y las del resto de los trabajadores se abre todavía más en el caso de las mujeres. De hecho, según los datos referenciados por el CES, las chicas que no llegan a la veintena tienen retribuciones un 60% más bajas que la media (7.969,87 euros al año), mientras que las que tienen entre 20 y 24 años reciben un 47% menos, unos 10.547,45 euros anuales. Inestabilidad laboral A estas diferencias salariales se suma también la elevada temporalidad registrada entre esta parte de la población activa, y que es del 64,8% entre los trabajadores que no han cumplido los 25. De hecho, el informe del Consejo Económico y Social explica que existen muchos casos «en los que un mismo joven llega a tener varios contratos consecutivos, que pueden ser con una misma empresa o con otra diferente, con períodos de ocupación y desempleo, lo que no facilita su plena inserción profesional y desemboca en lo que se conoce como rotación laboral». A estos factores, indica el informe del CES, hay que añadir la baja participación de los jóvenes en el sistema productivo. Según los datos recogidos en el estudio, hay una fuerte separación entre formación y participación en el mercado laboral. Y es que, según concluye el informe, normalmente en España «quienes trabajan o buscan empleo no permanecen en el sistema educativo, y viceversa». En este sentido, añade que una de las principales razones de este fenómeno es «la existencia de dificultades para compatibilizar el empleo con la formación. [...] Estas trabas se derivan de la configuración del modelo educativo y la escasez de demanda de puestos con jornadas que puedan compaginarse con la realización de estudios». Esta incompatibilidad de fun-ciones es, en parte, la razón del elevado peso de la juventud en las ocupaciones que requieren una menor cualificación. De hecho, es en la franja de población activa de entre 16 y 19 años donde se encuentra el nivel educativo medio más bajo. Fracaso escolar Esta condición, sumada a las altas tasas de paro, explica los problemas de inserción laboral existentes en este segmento de edad, un hecho que se relaciona con el fracaso escolar y el abandono prematuro del organigrama educativo. Según la encuesta de la juventud recogida en el informe del CES y correspondiente al 2004, un 76,6% de estos ocupados trabajan en puestos que nada tienen que ver con lo que han estudiado. Este escenario cambia en la franja de edad que va de los 20 a los 29 años. El informe indica que aquí es probable que puedan producirse casos de sobrecualificación y de desajuste entre los estudios cursados y las ocupaciones desempeñadas. De ahí que las personas que se incorporan al mercado laboral tarden bastante en definir en qué área van a desarrollar su carrera. Además, explica el CES, en esas edades existe mucha diferencia entre las personas que abandonaron prematuramente el sistema educativo y las que prolongaron su formación más allá incluso de la licenciatura. Al mismo tiempo, el informe concluye que los españoles, igual que sucede a los jóvenes del resto de los países europeos, suelen adaptarse a lo que les ofrece el mercado laboral. Así, explica el documento, valoran más los salarios, horarios y estabilidad que el interés que les despierte la tarea.

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