Diario de León

La Comisión Europea lamenta que no se le anunciara la nacionalización de los hidrocarburos

El Gobierno español convoca al encargado de negocios boliviano

Madrid advierte de las consecuencias de la medida de Morales para las relaciones bilaterales Repso

David Sapienza

David Sapienza

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agencias | madrid
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El Gobierno español convocó ayer al encargado de negocios de la Embajada boliviana, Álvaro del Pozo, y le advirtió de «las consecuencias para las relaciones bilaterales» del decreto de nacionalización de los hidrocarburos firmado por el presidente Evo Morales el lunes, que obliga a las compañías presentes en el país a devolver al Estado la propiedad del crudo y del gas y les concede 180 días para renegociar sus contratos de explotación. El Ejecutivo español le solicitó el texto del decreto a Del Pozo y le mostró «su profunda preocupación» por la medida que afecta a la española Repsol-YPF, que controla el 25,7% de la producción de gas boliviano, y un 17% de las reservas. Además anunció que trabajará con otros países afectados, como Brasil, para llegar a una solución sa-tisfactoria para las partes, expresó su preocupación por las formas en que se ha adoptado el decreto, y dijo confiar en que Bolivia abra un proceso de «auténtica negociación y diálogo» con las empresas. El Gobiernoconvocó ayer a los secretarios de Estado de Economía (David Vegara), Industria (Joan Trullén) y Exteriores (Bernardino León), además de los responsables de la oficina económica de Moncloa y del Gabiente del presidente del Gobierno, según informó ayer la Cadena Ser. El Gobierno español mostró su malestar y preocupación por la medida y por las formas, sin previo aviso. Estos responsables van a reunir toda la información que disponen en relación con los intereses españoles en Bolivia, además de aspectos como los créditos FAD, de ayuda al desarrollo concedidos a ese país. Reunión con las empresas La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega anunció que el Gobierno convocará estos días a las empresas con intereses en Bolivia para analizar la situación. Bolivia también necesita inversiones extranjeras, dijo Montilla, y la inseguridad jurídica de esos hechos desincentivan a los inversores «y eso no es bueno para los bolivianos». El presidente del PP, Mariano Rajoy, afirmó que la medida de La Paz es un «varapalo para el Gobierno español» y que «la política internacional se debe hacer con países serios». En cambio, IU respaldó la «legitimidad» de la decisión de un poder democrático y soberano como el boliviano. La Unión Europea también mostró su preocupación y decepción, porque confiaba en que la nacionalización se dictara tras un proceso de consulta y discusión. El jefe de la Política Exterior de la UE, Javier Solana, afirmó que el decreto le produce «gran intranquilidad» y advirtió de que la ausencia de seguridad jurídica no beneficiará «al desarrollo político y económico» del país andino. Entre los grandes inversores en Bolivia está la brasileña Petrobras -45% de los campos de gas y 14,5 % de la reserva-. El ministro de Minas brasileño calificó el decreto de «gesto no amistoso», mientras que el canciller, Celso Amorim, dijo que su país respeta la decisión.

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