Las deducciones en el impuesto de la renta priman la adquisición frente al arrendamiento
Alquilar un piso para los jóvenes es un 3,6% más caro que comprarlo
Según Teresa Jurado España es un «país de la propiedad», consecuencia de su régimen fiscal
La Fundación de las Cajas de Ahorro -entidades líderes del sector hipotecario- aseguró ayer en un informe sobre la inflexibilidad del modelo de vivienda en España que para los jóvenes el alquiler de un piso resulta un 3,6%% más caro que la compra. La organización destacó que el modelo actual favorece la compra, lo que retrasa la edad de emancipación y frena la tasa de natalidad. El trabajo recuerda que la demanda potencial de arrendadores asciende a más de ocho millones de personas. Los jóvenes emancipados de 20 a 24 años de edad pagaban en el 2005 por su alquiler una media de 452 euros al mes mientras que aquellos que optaron por la compra con hipoteca afrontaban una letra mensual promedio de 436 euros. Una diferencia del 3,6% (16 euros al mes o 192 euros al año). Esta es la principal conclusión de un informe elaborado para las cajas por la profesora de Sociología de la Universidad a Distancia (Uned) Teresa Jurado. Incluso, añade el estudio, los alquileres blandos que ofrecen las distintas administraciones resultan poco atractivos, pues presentan precios de unos 448 euros al mes. Esto hace, subraya Jurado, que el arrendamiento sea la opción «más racional». Con datos del segundo trimestre del 2005, un hogar joven con dos ingresos tenía que pagar el 37% de sus retribuciones para hacer frente a una hipoteca (a 25 años de plazo, por un 80% del precio de la casa y al 3,194% de tipo de interés). La vivienda para una familia El esfuerzo para una familia con un solo sueldo representaba el 54% de sus ingresos, muy por encima del 335 que aconsejan los expertos como límite. A pesar es este panorama, añade, el 90% de los jóvenes prefiere un piso en propiedad. ¿Porqué?, se pregunta la profesora. La respuesta es que España es un «país de la propiedad», consecuencia de un régimen fiscal que ayuda a optar por la compra. Varias son las razones. Entre ellas, apunta, la elevada inseguridad jurídica de los propietarios, que ven como llevan las de perder ante los inquilinos morosos, las favorables condiciones de financiación (con los tipos de interés en mínimos históricos) o la escasa oferta de vivienda pública en alquiler en los últimos planes estatales. Algo que ahora, dice, se intenta corregir con la creación de la Sociedad Pública de Alquiler (SPA) o la inclusión de más recursos económicos para el arrendamiento en los programas nacionales. «Probablemente, estas medidas consigan disminuir algo el sesgo, aunque de momento apenas hay indicios de un cambio», asegura. A esto se suma el aspecto que quizá haya inclinado más la balanza a favor de la propiedad: los incentivos fiscales por la compra en el impuesto de la renta o el IVA. Un gasto que representa el 66% del gasto público total en vivienda.