La mejora de la producción industrial y el sector exterior sustentan esta revisión al alza
El PIB creció un 3,7% entre abril y junio, la tasa más alta desde el 2001
El Gobierno cree que se avanza en la dirección de un mayor equilibrio económico
La economía creció el 3,7% entre abril y junio, por el avance sostenido de la inversión en equipo, una relativa contención del gasto doméstico y un menor deterioro del sector exterior, que restó sólo 1,1 puntos al avance del Producto Interior Bruto en ese periodo. El dato refleja cierto despegue -es superior en una décima al trimestre anterior- y presenta el aumento más acusado desde el cuarto trimestre del 2001, cuando la expansión interanual fue del 3,9%. El Ministerio de Economía ha revisado al alza el objetivo del año, desde el 3,3% al 3,4%, pero la marcha de los seis primeros meses -3,6% y 3,7% en cada uno de los trimestres- revela que se quedará corto. David Vegara, secretario de Estado de Economía, apuntó que es práctica habitual del Ejecutivo concretar sus estimaciones en dos momentos del año: cuando presenta el cuadro que acompaña a los Presupuestos y en la remisión a Bruselas del programa plurianual de estabilidad, y esa pauta remite la próxima revisión al mes de diciembre. Mientras tanto, Vegara destacó unos datos que, a su entender, son el reflejo de la confianza de los agentes económicos, y auguran una expansión más equilibrada en el medio plazo. «Es notable que esta evolución se produzca con el petróleo caro y cuando la autoridad monetaria europea está revisando al alza los tipos de interés», observó. Celebró, además, el repunte de la productividad, que en los primeros meses de este año aumenta a un ritmo del 0,6%, superior en dos décimas al de finales del 2005. Sin entrar en análisis más profundos, la productividad del trabajo está aumentando a buen ritmo porque el avance de la economía es superior al del mercado de trabajo. En consecuencia, crece la cuota de producto por empleado. Diferenciales Las tasas ahora difundidas han pasado por el filtro del Instituto Nacional de Estadística, que acaba de actualizar las cifras para incorporar las mejoras en la toma de datos y -con cierto retraso- los cambios que se producen en la estructura económica, como la incorporación de población inmigrante. Vegara defendió esas modificaciones. Las aplican todos los países desarrollados, y en particular Estados Unidos, argumentó. Los datos de la evolución económica nacional invitan, en su opinión, al optimismo. El secretario de Estado de Economía celebró, entre ellos, que la mejora de la productividad se haya producido sin que decaiga el ritmo de creación de empleo. Entre abril y junio la creación de puestos de trabajo aumentó el 3,1%, y se generaron 555.000 empleos equivalentes a tiempo completo: ocho horas igual a un puesto de trabajo, con independencia del número de personas que lo desempeñen. El aspecto más sombrío de la coyuntura española corresponde, una vez más, a la inflación. Si el diferencial de crecimiento de España con la zona euro está en 1,3 puntos, la evolución de los precios hace pequeña esa distancia. Los datos no son definitivos, pero el avance del INE para el mes de agosto, cifra el aumento interanual de los precios en el 3,8%. Es un registro inferior en dos décimas al del mes precedente pero todo apunta a que se mantendrá en niveles máximos las diferencia con el promedio de los Doce. La tasa prevista, según estimación provisional de Eurostat, se conocerá a mediodía del jueves, y estará algo por encima del 2%. La competitividad de la economía española con la zona euro depende de que el diferencial de crecimiento sea superior a la trayectoria de los precios, una batalla que parece perdida desde hace meses, pese a las correcciones en el ritmo de expansión de la actividad que se vienen produciendo.