Chirac y Merkel acuerdan asumir los sacrificios del ajuste en Airbus
Jacques Chirac y Angela Merkel acordaron ayer en París que los sacrificios del plan de ajuste de Airbus, que supondrá la supresión de miles de empleos y la reorganización de la cadena industrial, sean equitativamente distribuidos entre las fábricas de Hamburgo y Toulouse, las principales plantas del constructor aeronáutico europeo. Ambos dirigentes no hicieron ninguna mención a los centros productivos españoles ni al interés de Madrid por ampliar su participación en el consorcio Eads. Chirac enfatizó que la clave del éxito del plan Power 8, elaborado con el propósito de reducir en 2.000 millones de euros anuales los costes generados por los retrasos del avión gigante A380, estriba en que su impacto sea repartido de forma armónica entre las dos instalaciones principales y «teniendo en cuenta los intereses de todos los subcontratistas que trabajan en Alemania y Francia». El presidente francés señaló que Merkel le había trasladado la preocupación de las autoridades competentes germanas, «sindicales y políticas», respecto a la actividad de Airbus, una alusión transparente al temor de que sea trasladada a Toulouse una parte de los programas de Hamburgo.