La economía española creció hasta septiembre al mayor ritmo en cinco años
La economía española creció el 3,8% en el tercer trimestre del año, una décima más que en el precedente y la tasa más elevada desde los meses finales del 2001, según la estimación adelantada por el Banco de España. El instituto emisor cree que el avance entre trimestres fue del 0,9%, prácticamente el mismo registrado en primavera respecto al arranque del año, y explica que esa notable expansión responde a un nuevo repunte del gasto de hogares y empresas, un sostenido avance de la inversión y a una leve mejora del saldo exterior, atribuible a la recuperación de los mercados, porque la competitividad-precio de la oferta española no mejora. Pero el instituto emisor advierte de que la continuación del fuerte proceso de crecimiento económico no se está viendo acompañada de la corrección de los desequilibrios básicos: elevado déficit exterior, constante diferencial de inflación con la zona euro e incrementos intensos del endeudamiento del sector privado. Frente a ellos, reclama una mayor contribución de las políticas económicas. El gasto que no cesa En el ámbito fiscal, aconseja «utilizar posibles desviaciones al alza en la recaudación para mejorar el saldo presupuestario y contribuir, de este modo, a aliviar las tendencias al desequilibrio que provoca la presión de la demanda nacional». Reconoce que Plan Nacional de Reformas discurre a buen ritmo, y confía en que sus efectos se dejen sentir este año y los siguientes, por lo que aplaza su evaluación para más adelante. El informe trimestral del Banco de España estima un crecimiento de la demanda interna del 4,6%, similar al de la primera mitad del año, mientras que la aportación negativa de la externa habría restado al crecimiento un punto porcentual, una décima menos que en el periodo abril-junio. En detalle, apunta que el consumo de los hogares siguió creciendo a un ritmo superior a la renta disponible, lo que provocó el descenso del ahorro. Las familias se vieron favorecidas por el sostenido crecimiento del empleo y por la persistencia de un significativo «efecto riqueza», consecuencia de que la revalorización de la Bolsa compensó la muy leve desaceleración del precio de la vivienda.