Diario de León

El Gobierno, encantado

Miguel Sebastián aplaudió los movimientos de las constructoras en su despedida como asesor económico de Zapatero, y destaca que los inmigrantes ya aportan el 50% del superávit público

El director de la Oficina Económica de Moncloa, Miguel Sebastián

El director de la Oficina Económica de Moncloa, Miguel Sebastián

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Julio Díaz de Alda - madrid
León

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Miguel Sebastián alabó los movimientos de las constructoras españolas en su última intervención como asesor económico de Zapatero antes de dedicarse en exclusiva a ser el candidato socialista a la alcaldía de Madrid: «Me parece una buena idea». Iniciativas que, dijo, «alejan temores y fortalecen a las propias eléctricas». Las empresas del ladrillo han acumulado en los últimos años mucho dinero y, ante la ralentización del ciclo inmobiliario, buscan ahora otros sectores. El asesor económico del presidente explicó que en el negocio energético español son necesarias grandes inversiones pues «el traje se ha quedado pequeño». Inmigrantes y superávit En el aspecto macroecnonómico, Sebastián destacó que los inmigrantes reciben de la economía española bastante menos de lo que le aportan, y serán rentables para las cuentas públicas al menos durante la próxima década, aseguró al presentar el informe sobre el impacto de la inmigración en la economía española, su último trabajo como responsable económico en Moncloa. En grandes números, el equipo de Sebastián calcula que al menos la mitad del superávit que alcanzaron las administraciones públicas el pasado año -unos 5.000 millones de euros, equivalentes al 0,5% del PIB- se debió directamente a la inmigración. En la raíz de estas cifras está el desequilibrio actual de las pensiones: los inmigrantes reciben apenas 400 millones de euros por este concepto, cuando su cotización supera los 8.000 millones de euros. Defensor de la regularización Con los datos del 2005, la población inmigrante, casi el 8,8% del total, aportó a los ingresos fiscales 23.042 millones de euros, una cuantía equivalente al 6,6%. Su cuota de gasto público se quedó en 18.618 millones de euros, apenas el 5,4% del total, de donde se deduce un desequilibrio cercano a los 5.000 millones de euros. Sebastián proyectó esa cifra hacia el futuro: tendrá que pasar más de una década para que se reinvierta la tendencia porque, en los próximos años, la contribución neta está asegurada hasta el 2011, como poco. Sebastián ha cerrado el círculo. En 1998, cuando era jefe de estudios del entonces BBVA, dio a conocer un informe que reclamaba la necesidad económica de regularizar una cifra de 90.000 inmigrantes, y esa iniciativa suscitó fuerte polémica, aunque pronto se vio desbordada por la realidad.

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