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Publicado por
Miguel Á. Rodríguez - redacción
León

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El último tirón del Banco Central Europeo, que ha situado los tipos de interés en el 3,75%, le ha dado una nueva vuelta de tuerca al mercado hipotecario, que desde el año 2003 viene acumulando incrementos que oscilan entre los 1.300 y los 1.500 euros anuales para los créditos medios firmados en España (situados entre 140.000 y 170.000 euros). Y lo peor no es la radiografía actual, sino la que se avecina. La propia Asociación Hipotecaria Española sitúa el medio plazo de la vivienda en el peor de los escenarios posibles. Esto significaría volver en un horizonte de tres a seis años a los niveles vividos en el 2001, cuando los tipos volaban al 6,3%. Lo que sube el préstamo Si este pronóstico se cumpliese, un contrato medio firmado hoy se encarecería en 1.800 euros al año. Y los que fueron suscritos a lo lar-go del 2006 lo harían en más de 2.300. El desfase máximo se produciría en los créditos rubricados en el 2005, cuya revisión añadiría a las cuotas anuales 2.761 euros. Es decir, sería necesario pagar en doce meses 10.000 euros, tras haberse disparado el coste del préstamo hasta un 38,2%. Con todo, la nueva tesitura y el previsible incremento (al menos hasta el 4%) de los tipos de interés, no implica que sea todavía rentable acudir a las hipotecas fijas. En España no hay entidades financieras que ofrezcan intereses fijos por debajo del 6%. Y aunque las previsiones menos opti-mistas apuntan a que el BCE podría alcanzar ese pico en cinco años, los analistas no recomiendan ponerse la venda antes de la herida. «Con una hipoteca fija al 5% el cliente podría arriesgarse -comentaba ayer un experto del sector inmobiliario-, pero al nivel actual todavía no merece la pena». Entre las préstamos variables existen ya ofertas que juegan con la media de los tipos para los próximos tres años. Pero lo que ya comienza a evidenciarse es que el inversor del ladrillo comienza a dar síntomas de pereza. Algunos se han pasado ya al parqué ante el goloso crecimiento de la Bolsa, un valor más incierto, pero capaz ya de re-portar mejores beneficios que el mercado inmobiliario. Entre los consumidores, la mayoría del ahorro está apostando por invertir en fondos estables, principalmente dinerarios, con productos referenciados que garantizan el capital.

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