CC.OO. defiende un sistema europeo de normas laborales y sociales básicas

CC.OO. es partidaria de que se establezcan normas laborales y sociales básicas para los Veintisiete países miembros de la Unión, posición que defenderá en el XI congreso de la Confederación Europea de Sindicados (CES), cuyo lema será Pasar a la ofensiva . Además, propondrá a los representantes de los trabajadores que insten a los Gobiernos a fijar una política «de dimensión europea» en el ámbito energético, migratorio e industrial, porque es imprescindible relanzar el proyecto común, bajo «una óptima progresista y con fuerte contenido social». El XI congreso de la CES se celebrará en mayo, en Sevilla. Así España acogerá por primera vez un evento de estas características. La CES se creó el 8 de febrero de 1973, con apenas decena y media de organizaciones, representativas de 17 millones de afiliados. En la actualidad ese total sobrepasa los 60 millones. Uno de sus objetivos es impedir que los diferentes mecanismos de protección actúen como elemento de competitividad entre los Estados. Para sus órganos de dirección es imprescindible que «las reformas sean enfocadas hacia metas comunes y coordinadas en la Unión Europea». Impuesto nuevo Para Comisiones «el desarrollo del concepto de trabajo decente (sin explotación) debería ser objetivo prioritario de la política exterior europea». A su juicio, es imprescindible una actuación exterior basada en los principios del derecho internacional, el multilateralismo, el respeto a las instituciones del sistema de Naciones Unidas y la aplicación práctica de los valores de paz, libertad, democracia y pleno respeto de los derechos humanos y la solidaridad y cooperación internacionales. El programa que la central llevará a Sevilla es muy amplio. Previamente lo ratificarán los órganos de dirección del sindicato. Entre sus propuestas también figura impulsar, en el próximo periodo, experiencias de negociación colectiva transnacional con el concurso de los comités de diálogo sectorial y de empresa europeos. CC.OO. opina igualmente que los recursos presupuestarios de la UE son «absolutamente insuficientes», y defiende conseguir recursos extras a través de un impuesto europeo.