Segura promete ser «una tumba» por el bien de la institución

Julio Segura tomó posesión del cargo de presidente de la CNMV en un acto al que asistió el vicepresidente económico del Gobierno, que le promovió, y con la presencia de su antecesor Manuel Conthe, que estrechó la mano y cruzó unas palabras con Pedro Solbes. En ese momento, ninguno de los altos cargos conocía las explícitas acusaciones que había formulado el ex presidente sobre Carlos Arenillas. Ningún acto social Por su parte, Julio Segura anunció para los 17 meses de su mandato una agenda pública totalmente opuesta a la de su antecesor. «Mi presencia fuera de la casa -dijo- se limitará a cuantas veces me llamen las Cámaras (Congreso y Senado), una aparición pública al año para presentar el informe anual y otra más para hablar de cómo la CNMV ve los temas de funcionamiento de los mercados y de estabilidad financiera en los aspectos que la atañen. Y, quizá, una única entrevista para presentarme en sociedad». Por si quedara poco claro, añadió que no entregará premios, ni presentará libros, ni hará públicas sus opiniones personales sobre temas competencia de la CNMV... e incluso, minimizará sus apariciones en medios académicos. Segura incidió también en aspectos de fondo. Reclamó para la Comisión del Mercado de Valores un estatus similar al del Banco de España y defendió que las actuaciones del organismo supervisor deben ser «previsibles, neutrales y simétricas».