Diario de León

El grupo tendrá este año unos beneficios de 10.000 millones, un 21% más que el pasado OPINIÓN

El Santander destinará una quinta parte de sus ganancias a crecer Aterrizaje del sector inmobiliario La banca gana

«Sin las compras, no podríamos ser el mejor banco comercial del mundo», dice Botín

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M. J. Alegre CARLOS SERRANO CONDE - santander m. j. a. | madrid
León

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El grupo Santander ganará este año 8.000 millones de euros antes de extraordinarios, lo que supone un 21% más respecto a los 6.582 millones de euros de beneficio ordinario que alcanzó en el ejercicio anterior. En cifras totales, la ganancia superará los 10.000 millones, pero los extraordinarios, equivalentes al menos a una quinta parte de ese resultado, irán a financiar la compra de parte del negocio de ABN -Amro. El presidente de la entidad, Emilio Botín, avanzó estas cifras a los accionistas y les convocó para una nueva junta, ésta de carácter extraordinario, a celebrar previsiblemente el 27 de julio. El banco necesita fondos para sus nuevas adquisiciones, Banco Real en Brasil, Antonveneta en Italia e Interbank en Holanda. Sin nuevas adquisiciones, declaró Botín, el Santander «no podría aspirar a ser el mejor banco comercial del mundo y el séptimo por beneficios». En esa próxima junta -explicó- se someterán a la aprobación de los accionistas los mecanismos previstos para financiar la oferta sobre el holandés ABN Amro: una ampliación de capital por 4.000 millones de euros y una emisión de convertibles por otros 5.000 millones. La gran novedad reside en que la ampliación estará abierta a los accionistas -no se suprimirá el derecho de suscripción preferente- en tanto los convertibles se colocarán directamente en el mercado. Los activos que el Santander quiere comprar tienen un coste de 19.500 millones. Para este pago, el banco ya cuenta con 550 millones procedentes de la venta de su participación en el italiano San Paolo, y recurrirá también a las plusvalías -unos 1.400 millones, respecto a unos ingresos totales de 4.000 millones de euros- procedentes de la venta de la mayor parte de sus inmuebles, una operación que el Santander ejecutará en los próximos meses. Botín evocó que los mejores bancos internacionales han actuado de forma parecida. Este tipo de ventas «hacen posible seguir usando sus inmuebles exactamente de la misma forma en que lo vienen haciendo, pero sin mantener su propiedad», explicó. De este modo, insistió, se refuerzan los fondos propios y se pueden dedicar los recursos generados en la venta a crecer e intensificar la actividad típica bancaria. Regalo de acciones La junta de accionistas del banco conoció que el primer dividendo a cuenta del 2007, ya aprobado por el consejo de la entidad, crecerá el 15%. Los 0,12294 euros por acción se abonarán el próximo 1 de agosto. Tras aprobar las cuentas del pasado año, los accionistas dieron su conformidad al resto de las propuestas del órgano de gobierno. La denominación oficial de la entidad será únicamente Banco Santander, dejando atrás la huella de las fusiones. Es el nombre que siempre utilizó el patriarca -Emilio Botín Sanz de Santuola- para referirse al banco. Y en conmemoración de los 150 años de historia que ahora cumple desde su fundación, la institución entregará a cada uno de sus 130.000 empleados activos -repartidos por 40 países-, 100 acciones como regalo. Las asociaciones de jubilados pidieron que este beneficio se hiciera extensivo a los trabajadores ya retirados. Botín se escudó en la extensa plantilla para afirmar que tan elevado coste no era asumible, aunque se ofreció a ser receptivo a otras peticiones de los pensionistas. La junta del Santander terminó con el ya tradicional desfile de accionistas que, procedentes del antiguo Banesto de Mario Conde o aliados de sus reivindicaciones, denunciaron la forma de actuar del consejo. Rafael Martínez Escolar, Antonio Panea y Javier Sotos protagonizaron una vez más la pugna por exponer sus argumentos, ante un presidente firme y directo, que les tasó el uso de la palabra y se lo quitó cuando consideró que pronunciaban «descalificaciones improcedentes». En esta ocasión encontraron un nuevo argumento en la participación de Luis Ángel Rojo, ahora presidente de la Comisión de Auditoría del consejo del banco y encargado de dar cuenta ante la junta del correspondiente informe. El presidente del Santander lanzó un mensaje optimista sobre la evolución de la economía e incluso celebró el «aterrizaje suave» del sector inmobiliario. Aseguró que España sigue adelante en el «periodo de expansión más largo de su historia reciente». Recordó que los últimos datos conocidos continúan siendo positivos, con la creación de medio millón de empleos por ejercicio y una tasa de aumento del Producto Interior Bruto que no se apea del 4% anual. La morosidad del negocio hipotecario del banco «es bajísima y tiene coberturas muy elevadas», dijo. Precisó que de los 8.000 millones de provisiones, nada menos que 5.000 millones corresponden a las genéricas, directamente relacionadas con el aumento del negocio. Según Botín, los tipos de interés, que estaban en mínimos históricos, han experimentado alguna subida, pero eso no acarreará problemas. «La desaceleración del inmobiliario -concluyó- es normal, tras la fase de fuerte crecimiento anterior». «Incluso diré que es buena, porque estábamos esperando ese aterrizaje suave, positivo para todos», terminó diciendo. LOS DOS mayores bancos españoles, el Santander y el BBVA, gozan de buena salud económica y eso les permite obtener pingües beneficios con su gestión, como hemos podido comprobar una vez más esta semana. El Banco Santander ha anunciado que este año prevé ganar más de 8.000 millones de euros, solo por la actividad de gestión ordinaria. Luego habrá que sumar el beneficio extraordinario obtenido por operaciones como la venta del 1,8% del Banco San Paolo-Intesa, que le reportará una plusvalía de 556 millones, o la operación inmobiliaria anunciada con su ciudad financiera, que supondrá otros 1.400 millones, aproximadamente. También su competidor más directo en España, el BBVA, ha hecho un negocio inmobiliario esta semana que ha consistido en la venta de algunos de sus edificios más emblemáticos en Madrid y la compra de un parque empresarial en la capital para crear un complejo financiero en el que agrupar a muchos de sus empleados. La desinversión en inmuebles le proporcionará a la entidad unas plusvalías de 300 millones de euros, que servirán para sufragar parte del coste del citado parque empresarial, unos 700 millones. El BBVA no sólo ha cedido esos tres edificios esta semana. Ayer se supo que su director del área de España y Portugal, Jaume Guardiola, abandona la entidad para ocupar el puesto de consejero delegado del Banco Sabadell, en sustitución de Juan María Nin, quien ha sido nombrado director general de La Caixa. Numerosos representantes del ámbito financiero español han pasado estos últimos días por Santander, donde la Asociación de Periodistas de Información Económica y la Universidad Menéndez Pelayo organizaron un curso sobre banca. El encuentro fue inaugurado por el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, quien hizo una reflexión que ha suscitado debate. Para el responsable de Economía, es deseable que el periodo de pago de las hipotecas para compra de vivienda se reduzca a 20 ó 25 años, aunque admitió que no siempre es posible conseguirlo. Esta dificultad fue compartida por el presidente de la AEB, Miguel Martín, quien no obstante afirmó que en numerosas ocasiones la única alternativa para que muchos hogares puedan comprar una vivienda son las hipotecas a muy largo plazo. Las entidades de crédito ofrecen hasta 50 años. El acceso a la vivienda y sus elevados precios preocupan en el Gobierno y en el PSOE, cuya secretaria de Política Económica, Inmaculada Rodríguez, abogó el miércoles por reducir paulatinamente las deducciones por compra de vivienda en el IRPF.

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