Las tasadoras sufren el parón
La caída de rentabilidad del sector del «ladrillo» afecta también a este agente del mercado, que en el 2006 sufrió una reducción en el crecimiento de su tasa de beneficio en un 18% con respecto al 2005
El frenazo que vive el sector inmobiliario no sólo afecta a promotores, entidades financieras y ciudadanos. Las tasadoras, parte esencial en los trámites para la concesión de las hipotecas, también sufren la desaceleración. En 2006, las empresas encargadas de valorar pisos ganaron 61,6 millones de euros, el doble que tres años antes pero sólo un 13,5% más que en 2005, cuando sus beneficios crecieron a un fortísimo ritmo del 31,4%. Con la Bolsa en horas bajas y los tipos de interés en mínimos históricos, las familias y los inversores se lanzaron a comprar casas. El pasado año, cuando las compraventas comenzaron a caer (un 7% interanual), se abrió un nuevo escenario para los especialistas en valorar pisos, fincas, solares y terrenos. Las 60 tasadoras que operaron en España durante 2006 (el año acabó con 56 firmas en activo) con autorización del Banco de España realizaron 1,8 millones de valoraciones, un 1% menos que en 2005. A este primer síntoma de enfriamiento se añade otro: el valor de todo lo tasado ascendió a 862 millones de euros, un 15% más, la mitad del repunte registrado en 2005 (30%). Una desaceleración que afectó a todas las tipología de inmuebles analizados salvo a los edificios completos para uso residencial. A pesar de la subida de tipos, de las advertencias de instituciones nacionales e internacionales y del menos pulso del mercado, los tasadores sólo tomaron «medidas preventivas ante una hipotética caída significativa y duradera del precio del inmueble valorado en el 0,3% de los casos», apunta el Banco de España. Las tasadoras cobraron de media 318 euros por operación, un 9% más. Son empresas que rentabilizan al máximo a sus empleados, que en los últimos cinco años han mejorado su productividad un 7% por número de valoraciones, un 27% respecto al valor tasado y un 21% por el volumen de ingresos. Ante esta delicada situación, el Gobierno estudia medidas para reforzar la transparencia en un sector altamente concentrado.