Diario de León

La última reforma fiscal del Gobierno socialista reduce la presión en un 25 por ciento

La inflación ha elevado la carga impositiva en casi 6.000 millones

La falta de ajuste de la tarifa del IRPF a la subida de los precios otorgó al Estado 27.000 millones

El tabaco es uno de los productos que más efectos recaudatorios tiene en España

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j.a.b | madrid
León

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Las rebajas fiscales siempre son menos de lo que parecen, pues los distintos Gobiernos siempre se cuidan muy bien de compensar con más ingresos los recortes que ofrecen a los contribuyentes. Así ocurrió en España en 2004 y 2006, con un protagonista evidente: la subida de precios, de casi diez puntos en tasa acumulada entre esos tres años. El resultado, pernicioso para los ciudadanos, es que éstos tuvieron que pagar 5.895 millones de euros más de los que les hubiera correspondido si la inflación no se hubiera disparado, o bien la Administración hubiera compensado ese desvío por completo. Para aminorar esa pesada carga tributaria, el actual Ejecutivo socialista recuperó una vieja medida: la «deflactación», esto es, descontar la inflación del impuesto sobre la renta. Lo hizo con sus primeros Presupuestos Generales, los de 2005. Pero también entonces hubo una pequeña «trampa». El Ministerio de Economía y Hacienda tomó como base el objetivo comunitario de inflación, situado de forma casi permanente en el 2% anual, bastante por debajo de la inflación soportada en España en el período analizado (3,7% en 2004, 3,2% en 2005 y 2,7% en 2006). A su vez, limitó esa «adaptación» del IRPF a los precios a la tarifa del impuesto, sin extenderla al resto de elementos, por lo que muchos expertos la consideran más bien «un tímido ajuste, más testimonial que real». Así opinan, por ejemplo, los profesores universitarios José Félix Sanz y Desiderio Romero, quienes han usado técnicas de microsimulación para calcular la sobrecarga impositiva que han soportado los contribuyentes en los últimos años. Los resultados de su trabajo, publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS), son demoledores. Todos los mínimos y deducciones que se aplicaron entonces estuvieron por debajo de las cantidades que hubiesen corregido totalmente los efectos de la inflación. Sólo en mínimos personales, según el citado estudio, los contribuyentes perdieron 22.505,6 millones de euros entre 2004 y 2006, a los que hay que añadir otros 4.281,7 millones en mínimos familiares (la mayoría por hijos a cargo). Si añadimos las cantidades correspondientes a las madres trabajadoras con hijos menores de tres años (135 millones) y a las hipotecas vivas durante ese período (110 millones), la «perdida» superaría los 27.000 millones.

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