| Crónica | Nueva Ley de Defensa de la Competencia |
Las empresas se defienden solas
Pedir «clemencia» en los cárteles y recurrir las decisiones judiciales, principales ventajas
La nueva Ley de Defensa de la Competencia, que entró ayer en vigor, intensifica la batalla contra los abusos de posición de dominio en el mercado, y da a las empresas un mayor protagonismo en esta misión: con el autocontrol, el recurso a los jueces o incluso el «chivatazo» contra los cárteles. La creación de un único órgano independiente del Gobierno, la Comisión Nacional de Competencia (CNC), que aunará las labores investigadoras y resolutivas -hasta ahora repartidas en el Servicio de Defensa de la Competencia y el Tribunal- es el logro más comentado de esta norma, junto a la limitación de la intervención del Ejecutivo en los procesos de concentraciones empresariales. Sin embargo, son otros los aspectos de la ley que más presentes estarán en el día a día. Así lo apuntan abogados especializados en Competencia que asesoran a las principales compañías españolas, que sitúan el procedimiento de clemencia en los cárteles y la posibilidad de recurrir a los jueces como dos de las más ventajosas novedades de la ley. El denominado procedimiento de clemencia consiste en el «chivatazo» por parte de empresas y directivos que, conocedores o participantes de la existencia de un cártel, podrán redimirse y librarse de sanción con su colaboración con la CNC. Este sistema ha tenido en Europa una «efectividad tremenda», según subrayó a EFE Antonio Creus, abogado de DLA Piper, quien recordó que la práctica totalidad de los cárteles multados por la Comisión Europea de la última década fueron descubiertos gracias a terceros. Tanto Creus como Jaime Folguera, director del área de Competencia de Uría & Menéndez, advierten de que en España la clemencia sólo será efectiva si se aplican sanciones duras.