Los socialistas afrontan la recta final del año con los Presupuestos del 2008 como principal arma
La evolución de precios y la caída de la Bolsa, claves del resto de la legislatura
El nuevo curso político comienza con la puesta en marcha de un paquete de medidas
El equipo económico del Gobierno se ha incorporado a sus despachos para afrontar la recta final de la legislatura con inquietudes adicionales. Un imprevisto encarecimiento de los alimentos se va a añadir a la subida del precio del crudo para complicar el control de la inflación, y la «tormenta» financiera provocada por la crisis de las hipotecas «basura» de Estados Unidos puede complicar el cambio de patrón del crecimiento del Producto Interior Bruto. Ya estaban previstas menores aportaciones del consumo doméstico y la construcción, simultáneas al auge de la inversión industrial y las exportaciones. En un panorama del que no están ausentes los nubarrones, no hay previstas medidas de acción directa como las adoptadas por las autoridades de Estados Unidos -al fin y al cabo, las hipotecas de «alto riesgo» son un producto de su gestión-, pero la agenda del Gabinete español contempla algunos paliativos. La puesta en marcha de la nueva Comisión de Defensa de la Competencia, el «paquete» de medidas para fomentar el alquiler que prepara la recién estrenada ministra de Vivienda o la tramitación parlamentaria de la reforma hipotecaria y de la normativa sobre el mercado financiero (MIFID) pueden ayudar a corregir algunas desviaciones. Sin olvidar que el Ejecutivo le queda la principal arma de acción económica: el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el próximo año. Este otoño, el borrador de cuentas públicas es, más que nunca, un ejercicio de equilibrio. El responsable económico desearía presentar un plan que fuera, a la vez, reactivador de la economía en aquellos ámbitos donde ya se percibe desaceleración, pero poco complaciente con el gasto público. Y tiene la necesidad de conjugar estos principios con las demandas de grupos parlamentarios de oposición, para captar su voto y lograr la aprobación en el Parlamento. La subida de precios de alimentos básicos -leche, pollo, huevos, pan- que se está produciendo estos días tiene como causas el fuerte tirón de la demanda de países emergentes y la sustitución de unos cultivos por otros, al sentirse atraídos los agricultores por la rentabilidad derivada del uso de biocarburantes. Además, el Ministerio de Economía ya ha advertido que extremará la vigilancia, pero corresponde a la nueva Comisión Nacional de Competencia -que arrancó este sábado- velar porque no se produzca la concertación de precios. Asimismo, el sector financiero parece quedar al margen de la crisis de las hipotecas americanas -la operatoria de los préstamos ha funcionado con bastante rigor, la morosidad se encuentra en mínimos históricos.