Las cuentas del tercer trimestre, que serán presentadas estos días, exhibirán los problemas
Bancos y cajas preparan balances pobres por el frenazo inmobiliario Fidalgo pide una educación acorde con el trabajo
La subida de tipos y el menor volumen de hipotecas se intenta compensar captando más depósitos
Bancos y cajas cierran estos días las cuentas de un trimestre crítico por el impacto de las turbulencias causadas por las hipotecas basura norteamericanas, y empezarán a difundir sus datos en fecha próxima. Se han adelantado algunas entidades de ahorro como Ibercaja o Kutxa, y, entre los bancos más madrugadores están Banesto y Popular, que presentarán resultados el miércoles y viernes de la semana entrante, respectivamente. Sin violar las recomendaciones de la Comisión del Mercado de Valores, que impone la difusión generalizada de los números y hasta de las estimaciones, muchas entidades que ya han adelantado comentarios sobre la marcha de sus negocios. Y las respuestas a la Encuesta que sobre la actividad crediticia elabora el Banco Central Europeo sirven para identificar los puntos flacos de la nueva situación. La financiación mayorista es escasa y cara y las instituciones empiezan a mirar con lupa las peticiones de crédito. Si el dinero cuesta más y se presta menos, las ganancias bancarias se resienten. El sistema financiero español se ha visto poco afectado por el efecto directo de la crisis hipotecaria norteamericana, según han constatado el Banco de España, la Comisión de Valores y la Dirección General de Seguros. Pero al clima enrarecido de los mercados del dinero se ha sumado, en el caso español, la desaceleración del inmobiliario, que suponía un floreciente nicho de actividad para muchas entidades. Entre los bancos, los grandes tienen una elevada cuota del negocio de la vivienda -préstamos para la compra-, aunque han financiado en menor medida a los promotores. Pero los gigantes (Santander y BBVA) tienen la ventaja de la diversificación de su negocio, que les permite compensar con resultados de Latinoamérica, por ejemplo, el frenazo en España. Entre los medianos, algunos fueron cambiando hace tiempo de estrategia, orientando su financiación a las pymes. Y en las cajas también hay diferencias, porque el riesgo parece concentrarse en los préstamos para segunda residencia, más extendidos en las regiones costeras. En la Bolsa, la acción de los grandes bancos está ahora mismo igual o ligeramente por encima del valor que tenía cuando estalló la crisis. Los medianos han sufrido un deterioro. El 10 de agosto el título del Santander estaba a 13,43 euros y el viernes cerró a 13,94. En ese mismo plazo la de BBVA ha pasado de 17,25 a 17,35 euros; la del Popular de 13,48 a 12,53 euros; la de Banesto de 15,02 a 14,15 euros; la de Sabadell de 7,58 a 6,75 euros y la de Bankinter de 12,49 a 10,69 euros. Los expertos han avisado que los bancos de menor tamaño tienen un futuro menos halagüeño por el enfriamiento de las hipotecas, pero también atribuyen el retroceso de las acciones a la desaparición de las expectativas de fusiones o adquisiciones. El secretario general de CC.OO., José María Fidalgo, pidió ayer en Cartagena que se ajuste el sistema educativo al mercado laboral, para evitar -dijo- que casi un millón y medio de españoles con titulación académica trabajen en sectores que no tienen que ver con su formación. Fidalgo afirmó que la principal riqueza de un país es su capital humano. Fidalgo se refirió al fracaso escolar y a datos como que España tiene 20 puntos menos de titulados en Formación Profesional que la media europea. Cree que a este ritmo habrá un grave problema de escasez de médicos o de saturación de informáticos, por ejemplo.