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Un socialista militante dirigirá por vez primera el FMI, tras suceder en el cargo a Rodrigo Rato

Strauss-Kahn promete adaptar el Fondo Monetario al tiempo actual

«El mandato de la institución no ha cambiado, pero sí lo hizo el mundo, de forma espectacular»

Rodrigo Rato, junto al francés Strauss-Kahn, que alabó su reformas pero prometió acelerarlas

Publicado por
César Muñoz Acebes - washington
León

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Un socialista militante se hizo cargo ayer por primera vez en la historia del FMI, el bastión mundial de la ortodoxia económica, y prometió una renovación más profunda de sus órganos de poder y sus atribuciones, para adaptarlo a los nuevos tiempos. Dominique Strauss-Kahn, ex ministro y ex aspirante a la candidatura de su partido a la presidencia de Francia, tomó el testigo del español Rodrigo Rato en el atrio de la sede del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington. Su primera promesa fue ponerlo el organismo patas arriba. «Me definí durante la campaña como el candidato de la reforma, así que he sido elegido para la reforma, ahora voy a partir de lo que Rodrigo de Rato ha hecho durante los últimos años, pero iré más lejos y más rápido en la reforma de la institución», dijo Strauss-Kahn, ya sin el español a su lado. «El mandato de la institución no ha cambiado, pero sí lo ha hecho el mundo, de forma espectacular», añadió Strauss-Kahn en su nueva oficina, donde le recibió el «número dos» del FMI, el estadounidense John Lipsky, quien se queda en su cargo. La pieza fundamental de esa reforma es una redistribución del voto en favor de los países emergentes que han crecido más que el resto del mundo en las últimas décadas, como China, Corea del Sur, Turquía y México. Ese proyecto se topa con la oposición de países con representación excesiva en el Fondo, principalmente naciones europeas pequeñas como Holanda o Dinamarca, que son renuentes a ceder parte de su poder. En el atrio, Strauss-Kahn dijo rendir tributo a Rato por lanzar unas reformas «absolutamente necesarias». No obstante, analistas y Gobiernos de países en desarrollo han criticado al español por aspirar a un cambio demasiado modesto y no presionar suficientemente a los países que ponen trabas. Strauss-Kahn ha prometido más, pero podría encontrase con la obstrucción de la propia Francia y del Reino Unido. Una redistribución del 5 por ciento del voto supondría que China adquiriría más poder en el FMI que esas dos naciones, según fuentes del Consejo Ejecutivo, que representa a los países miembros. América Latina también es un campo minado para Strauss-Kahn, pues tiene las de perder en el nuevo reparto, dado que ha crecido poco en las últimas décadas en comparación con el resto del mundo. La mayoría de los países han apostado por el Banco del Sur como alternativa a las instituciones de Washington, y Brasil y Venezuela incluso hablan de un posible fondo monetario regional. Además, Strauss-Kahn hereda un FMI con problemas fiscales -pues apenas tiene clientes para sus préstamos- y con una crisis de identidad sobre su papel en el mundo. Mientras, el hombre que echó a andar las reformas pero las dejó a la mitad, se desvaneció en los corredores del Fondo, bajo las 185 banderas de los miembros del organismo. Rato anunció en junio que abandonaría la institución «por razones personales» y no ha dicho a qué se dedicará de ahora en adelante.