La confianza de los consumidores cae hasta un mínimo histórico

La confianza de los consumidores, ya en mínimos históricos, siguió cayendo el pasado octubre. La encuesta del Instituto de Crédito Oficial (ICO) revela un nuevo desplome, porque los consultados recelan, sobre todo, de la situación económica del país, influidos por las noticias de la crisis financiera internacional, por el alza de los precios y del crudo, y por el goteo de noticias negativas sobre evolución de los indicadores económicos. Por segmentos, la inquietud por el futuro es mayor entre las familias de rentas bajas y en las poblaciones de mediano tamaño. En octubre, el indicador de confianza del consumidor retrocedió 4 puntos respecto al mes precedente, y se situó en su nivel más bajo de una serie que arranca en el último trimestre de 2004. El presidente del ICO, Aurelio Martínez, explicó que el descenso responde tanto a la peor percepción del momento actual -caída de 3,7 puntos- como al empeoramiento de las expectativas, un indicador que cedió 4,3 puntos. Con respecto a un año antes, el retroceso es de nada menos que 14,3 puntos. En detalle, lo que peor evalúan los consumidores es la evolución reciente de la economía española y de la economía familiar. Ambos descienden en un mes 4,8 puntos, y Martínez situó esta percepción en el marco de la serie de noticias negativas que bombardearon a los ciudadanos en los días próximos al pasado 20 de octubre, momento de la consulta. Por esas fechas se disparó el precio del crudo y se conoció el recorte en las previsiones de crecimiento de la economía española que realiza el Fondo Monetario Internacional. También descendió, aunque en menor medida (1,5 puntos) la idea que los consumidores tienen de la evolución del empleo. Si la percepción del momento económico fue mala, el indicador de expectativas registró todavía un mayor descenso, 4,3 puntos, para quedar en otro mínimo histórico. Fue el resultado de un desplome de la confianza de las familias en la evolución de la economía española, que retrocedió nada menos que 8,2 puntos. Por el contrario, los hogares parecen creer que su situación económica empeorará bastante menos (retroceso de dos puntos) y su pesimismo también es más reducido cuando estiman la evolución del empleo (descenso de 2,6 puntos).