Las Bolsas sufren un nuevo traspié, mientras se abarata el petróleo
Las Bolsas europeas sufrieron un nuevo traspié, y vivieron ayer una jornada de gran volatilidad. Los mensajes lanzados por autoridades bancarias y analistas no sirvieron para tranquilizar los ánimos de los inversores, muy preocupados por el pesimista clima económico que se vive en Estados Unidos. Los peores augures sugieren que la economía norteamericana podría sufrir una recesión -caída del Producto Interior Bruto dos trimestres consecutivos- que podría darse, incluso, de forma simultánea con inflación. Los parqués españoles sumaron otra inquietud. La sospecha de que pueda aplicarse un gravamen sobre el valor catastral de los terrenos en que se asientan los parques eólicos -que podrían quedar excluidos del régimen especial del que disfrutan en el Impuesto de Bienes Inmuebles- provocó el desplome de las empresas vinculadas a esta energía renovable. Aunque las cantidades a abonar no serían muy elevadas, la inseguridad jurídica penalizó las acciones de las compañías relacionadas con estas energías. La buena noticia de la jornada fue el abaratamiento del petróleo, que llegó a caer por debajo de los 90 dólares el barril, consecuencia de la previsible reducción de los consumos y el incremento de las existencias.