El sector del automóvil pide que las regulaciones de empleo sean libres
Expedientes de regulación de empleo -conocidos como EREs- sin autorización administrativa, contratos temporales de mayor duración y menos limitaciones para el cómputo de las horas extraordinarias. Este es el escenario laboral que le gustaría a la industria automovilística para afrontar la desaceleración económica (verdadero bajón para algunos), acompañado, eso sí, de mejoras en la formación profesional y también en la ocupacional, donde quiere que participen sus propios expertos para que los cursos impartidos «respondan a las necesidades y oficios demandados por los fabricantes y sus servicios de postventa». Estiman que por este camino se podría mantener e incluso incrementar la competitividad de un sector que genera el 5% del producto interior bruto (PIB) y concentra casi la cuarta parte de las exportaciones. La patronal de los productores de coches y camiones (Anfac) quiere reunirse con el responsable del próximo Ejecutivo en un plazo breve de tiempo tras su toma de posesión, que podría tener lugar para principios de abril. Aún conscientes de lo cargado que tendrá su agenda, desean que tome conciencia de los problemas de un sector que parece haber cerrado ya su última etapa de vacas gordas y trata ahora de resituarse, después de que en 2007 haya bajado un 1,2% el número de matriculaciones de turismos (1,61 millones en total), si bien la venta de vehículos todo terreno, comerciales e industriales mantuvo una fortaleza similar y llegó a cifras históricas.