España encabeza la oposición a la medida, que considera un «claro retroceso al siglo XIX»
La UE ultima un acuerdo que permita tener una jornada laboral de 65 horas
José Blanco señala que el Gobierno tratará de frenar la norma ante el Parlamento Europeo
Los ministros de Trabajo de la Unión Europea se aprestaban ayer por la tarde a dar su visto bueno por mayoría cualificada a sendas y polémicas Directivas sobre jornada laboral semanal y trabajo temporal, que zanjan cuatro años de debates infructuosos sobre el tema. El acuerdo, que a últimas horas de la tarde se anticipaba posible, debido a la inexistencia de una minoría de bloqueo, permitía la superación del límite de 48 horas semanales definido en las propuestas iniciales de la Comisión, en base a un pacto de la empresa y el trabajador, con ciertas limitaciones: en ningún caso el empleado podrá trabajar más de 60 horas a la semana, salvo acuerdo colectivo o con los interlocutores sociales a escala de empresa; o más de 65 horas por semana si algunos periodos de inactividad laboral son definidos como tiempo de trabajo, en función de la jurisprudencia de la Corte de Justicia. La primera de las dos salvedades es de inspiración alemana y la segunda polaca. Ambos límites son calculados en base a una semana de siete días, calculados sobre una media de tres meses. en todos los casos, el límite absoluto queda establecido en 78 horas. El Reino Unido preservaría sus opt-outs. Intento de freno El compromiso, que los ministros analizaban aún al cierre de esta edición, desagradaba a España. El secretario de organización del PSOE, José Blanco, anunciaba desde Madrid que el gobierno español intentará frenar la adopción de la norma en el Parlamento europeo, lo que se anticipa como problemático dada la mayoría de apoyos con los que el texto cuenta. No es sólo el Gobierno español el que no ve la nueva normativa con buenos ojos: las organizaciones sindicales europeas la consideran contraria a los derechos sociales ya conquistados. Por lo que a la directiva de trabajo temporal respecta, queda asumido el principio de igualdad de trato entre trabajadores permanentes y temporales, a partir del primer día y no después de un periodo de tiempo. Será posible negociar una derogación a este principio entre interlocutores sociales.