Los bancos ganan un 10% más hastamarzo pese a la crisis económica

Los bancos españoles, que ganaron 5.153 millones de euros en el primer trimestre del año, un 10% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, constatan que los mercados del dinero siguen secos, y temen que esta circunstancia, unida a la «fuerte desaceleración» de la economía nacional, reduzca la progresión del beneficio en lo que resta de 2008. Por eso insisten en que las autoridades se impliquen de una manera más directa para conseguir la vuelta a la normalidad. Por descontado, las entidades españolas también quieren que sus competidores internacionales se desnuden cuanto antes y afloren las pérdidas sufridas, lo que contribuirá a la restauración de la confianza. Pedro Pablo Villasante, secretario general de la Asociación de Banca Española (AEB), explicó que los 20.000 millones ya emitidos por bancos y cajas españolas en los mercados desde febrero de 2008 -cifra que incluye el reciente anuncio del Banco Pastor- no son indicativos de normalidad. Para el retorno a circunstancias habituales «es imprescindible» la acción de las autoridades, dijo, y concretó que esa demanda se refiere por igual a los responsables políticos españoles y a los monetarios europeos. Precisó que las entidades españolas no están urgentemente necesitadas de fondos, porque obtuvieron recursos a largo plazo antes del estallido de la crisis. El Banco de España -evocó- ya ha estimado que, incluso sin acudir a la refinanciación de los vencimientos que restan en el conjunto del año, las instituciones podrían afrontar un crecimiento del 10% en la demanda de crédito. Pero añadió que las salidas al mercado son importantes por cuanto equivalen a presencia y al restablecimiento de una normalidad que aún está lejos de alcanzarse. Villasante explicó las características de la evolución de la cuenta de resultados y el balance de las entidades durante los tres primeros meses del año. Insistió en que la banca española no ha estado en el foco de la durísima crisis financiera internacional porque »ni invirtió en productos tóxicos ni mucho menos se los vendió a sus clientes«, pero no por ello se ha librado de las consecuencias de una epidemia sistémica de desconfianza. La banca española se considera al margen de las secuelas de la existencia de ese sistema bancario »en la sombra«, basado en prácticas que le son ajenas, como los créditos hipotecarios concedidos sin garantías y no consignados en balance.