El IPC se dispara al 5,3%, la tasa más elevada desde la crisis de 1992

La escalada de los precios no da tregua y la inflación anual ha repuntado a máximos, hasta el nivel de la crisis de 1992, al alcanzar en julio una tasa del 5,3%. En ese mes, el Índice de Precios de Consumo apenas bajó cinco décimas respecto al mes anterior, pese a las fuertes rebajas del textil y calzado, que ofrecieron drásticos descuentos, a la vista de la depresión del consumo. Pero ese abaratamiento fue insuficiente para compensar el aumento del retribuyendo con 1,6 décimas al alza del mes-, y se registraron otros incrementos propios de la temporada turística: la hostelería aumentó sus precios el 1% (con fuerte encarecimiento del 11% en los hoteles y otros alojamientos) y se produjo un tirón en el transporte por el repunte de los carburantes y su repercusión en los precios de las aerolíneas, a la vez que aumentaron las tarifas de los viajes organizados. La alimentación dio cierto respiro, porque su incremento de una décima estuvo basado en la subida de las frutas frescas en un 0,7%, mientras el pescado fresco bajó el 1,8%. La trayectoria de los precios en el último año experimenta cambios. Se dispara la luz, porque el Gobierno autoriza ahora actualizaciones trimestrales, y ya se han producido subidas en enero y julio. El encarecimiento de la electricidad es el principal causa de que los gastos computados en el capítulo de vivienda presenten una subida del 8,4% en el último año. Calefacción, alumbrado y distribución de agua muestran subidas del 13%.